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cinco centimetros d.e ancho, á cuyos extremos se
atan dos cordeles fuertes
y
largos: este utensilio sir–
ve á nuestros
taniemes
ó ·cargadores para trasportar
grandes fardos. Al efecto fajan de una manera ade–
cuada, ·con los dos cordeles antedichos, el bulto que
se trata de llevar de un punto á otro, dejando la co–
rrea de modo que puesto el objeto á la espalda, pue–
da adaptarse aquélla á la frente.
El
mecapal
según el . Licenciado Chavero, es de
origen maya: quizá el curioso ídolo de que nos habla
este autor,
(
Jl:f
éxico
á
través de los siglos,
tomo I,
página 35 r) _encontrado en Mérid9. (Yucatán)
y
que
-representa un indio llevando
á
mecapa! un gran cán-
taro, sea una estátua levantada .en honor del que in–
ventó la
mecapalmoción ,
cuyo nombre, por desgracia,
no recogió la historia.
La voz
mecapal
es un modelo de palabra sintén–
tica: se compone de estas tres raíces quichés:
meh=' ~ poner
soga
y
arrodillarse; "
ca="
piedra, cosa pesada, fuerte ,"
y
pal="enderezarse ." ·
Así es que con esas tres -sílabas expresaban cin-
c·o conceptos:
.
1? -
La atadura del objeto con una soga.
2? -
El acto de arrodillarse para tomar la carga.
3? - La circunstancia de ·ser pesado el objeto.
4? - Que se requiere mucha fuerza.
5? - Que el ·cargador debe enderezarse.
Este solo ejemplo deja muy atrás los tres ó cua–
tro
specz°?ne"ns
de palabras sintétic;as que cita Edward
B. Tylor en su
Antropología,
de los cuales el más
notable es la voz
yakpit.s,
con que los
natu~ales
de la
isla de Vancouver designan á los ingleses, y que es
contracción de
ya.khpekuselkous,
que literalmente sig–
nifica: "largo-cara-cabello-hombre..,