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te;1

al local en que jugaban pelota, según el abat

Brasseur de Bourbong.

Francisco Hernández, doctor en Medicina, comi –

sionado por Felipe II para estudiar la historia natu–

ral de Méjico, comisión que desempeñó de r 571

á

r 577, conoció el árbol del hul e, y lo de. cribió, según

consta en la página 50 de l compendio de la

obras

de H e rnández publicado en latín por Nardo Antonio

Recchi, y menciona aquél,

á

dicho árbol con

l nom ·

bre de

lwlquahititl.

[

r

J.

No obstante lo

antedir

.ho el mundo sabio no ha–

bía parado mi e ntes en

los relatos de los cronistas,

hasta que e n r 736 la , cademia de Ctencia d

l~

ran–

cia rec ibió una Memoria en que el ilu tre astrónomo

La Condamine daba

á

conocer

á

aquel augusto cuer–

po el árbol productor del hul e.

La Condamine

ino

á

Amér ica como miembro

de

la comisión geodésica encargada de medir un

arco de meridiano en la proximidad del Ecuador,

y

en uno de sus viajes, yendo para Quito, tuvo oca-

[ 1].

Recchi fu e encargado de examinar los trabajos de Hernán–

dez

y

esto le proporcionó la ocas.ión de resumirlos en un a obra impre–

sa después de la muerte de aq uél.

E l manuscrito ele R cchi fu e en–

viado á Méjico, donde si rvió para la publicación de Ja siguiente obra:

"Quatro libro de Ja naturaleza y· ' irtudt:s de las plantas que están r -

cibidas en el uso de Medicina en Ja

ueva España, que el doctor Fr.

Herná ndez escribió en lengua latina

traducido por Francisco Xime–

ne5 Méjico,

16 15.

Más tarde e publicó en la tín Ja obra

e\¿

Recch i que cito n el

texto.

La mayor parte del importantísimo trabajo de H ernán d z fue

destruído en el incendio acaecido en

1671,

en el Escorial. Despué

descubrió Muñoz, en la Biblioteca de San Isidro de Madrid, un a copia

del manuscrito de Hern ández,

y

Casimiro

ómez Ortega se propuso

publicar la obra en cinco tomos de los cuales sólo tres, relativos á la

plantas de Nue,·a España, se publicaron en Mad rid en 1790.

_ o creo fuera de lugar advertir que el Francisco Ximenes de que

e hace mención en e ta nota es distinto del fraile dominico, de ese

mi mo nombre, que descubrió el manuscrito del

Popol-Vuh

en Chi–

cbicastenango á fines del siglo XVII.