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D. JO'.A.QUIN DE LA PEZUELA.
San Martin con anticipacion las disposieiÓnes hos- ·
tiles. que se podían cruzar, >con gran sorpresa de sus ,
autores. Por el cuidado incesante en desconcertar
sus planes se les impidió por algunos días tomar las
convenientes medidas contra la expedicion de Are–
nales, disuadiendo al propio, envi<l;do, por los realis–
tas de lea. de dar el aviso. oportuno. Cuando Lima
supo la salida de los expedicionarios, no era tiem–
po de atacar inmediatamente sino al destacamento,.
q'ue había quedado en aquella poblacion
á
las órde–
nes del argentino Aldao
y
de su segundo B@rmudez.
Antes de distinguirse en
la
carrera militar, don
José Félix Aldao había. sido sacerdote bajo el hábi–
to de Santo Domingo; hallándose de capellan de
los granaderos de á caballo, se presentó, al fin de
un
enc~entro,
á Las Heras, con sable en mano,
cubierto de sangre y llevando dos prisioneros, co–
mo trofeos de su primer hecho de armas; nombrado
tenient~
de dicho regimiento, ascendió
á
capitan
por sus proezas, en Chacabuco y Maypu, y desde
la llegada
á
Pisco fué empleado por San Martín en
comisiones, queexigian un valor temerario. Era uno
de esos hombres de pasiones violentas
y
de volun–
tad fuerte, que en tiempos de revolucion adqiUlieren
una celebridad equívoca, uniendo las glorias del
guerrero
á
una vida de escándalos. Retirándose de
.
.
lea al aproximarse los realistas con fuerzas
superio~
re . ·perdió en un choque, que tuvo lugar
a
cinco
,. leguas de distancia, 31 hombre$ y parte de sus per-