D._·JOA.QUIN DE .LA PEZUELA..
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utilizar los cañones y dElJar indefensa la parte por
donde deberia atacar la
~cuadra;
ya exigian .el di- .
neyo en mayor can
ti
dad para sedupir la guairnicion.;
unas veces daban ésta por ganada; otras se propo-
i
ni_au. adquirir llaves falsas, con las .que , aprove.–
cl!and©
un
momento oportuno, podrian entrar
Y'
h~cerse
fuertes los defensores de la patria. Despues ,
d~
haber menti40 mucho y hecho ,esperaF
más,
to
1
.d~
quedó en nada, sea por el cambio de guarniicion,
sea ;por lp. separacion de Cortine$, y porque a1
fin
lo~
embaucados dej áran de complacer al codicioso
Santalla.
Para la tom.a de los castillos se contaba con la
.cooperaciom de la escuadra, la que no siempre
fué
fácil conseguir; porque Cochrane andaba
á
caza de
las fragatas
Prueba
y
Venganza,
las cuales, al -de–
j
a,r en Chilca la tropa trasportada del Sur, sólo· por
la demora 'ae una media hora, no habian caido en
su poder. El capitan del
Araucano
tomó por en–
tónces, despues de una esforzada resistencia, al
bergaotin
Aranzai u,
1
en Ancon
fué
apresada una
la,ncha cañonera .
.Aspirando
á
mayores cosas, ordenó San Martin
~
.
Arenales, que de su posicion en la provincia de
Canta descendiera
á
la de Huarochiri para atacar á
los realistas po·r su flanco. Este entendido jefe hizo
presente lo .arriesgado de·un movimiento, en el que
el. enerµigo tenía las mayores
facili~ades
para com–
batir· en la hora¡y
lugar~s
favorables .á sus manio-