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D. JOSÉ DE LASERNA.
desaprobacion de la córte,
y
la mala voluntad del
ejército del Alto Perú, co el que no habian conta–
do; la opinion de los
~aisanos
adictos
á
la causa real,
podia serfas desfavorable. Procuraron sobreponerse
á
tales obstáculos, enviando al Monarca comisiona–
dos que explicáran satisfactoriamente su osado pro–
ceder
1
y trataron de influir sobre . la trapa y los
paisanos, ya calumniando á Pezuela, ya adoptan–
do una conducta más favorable al sostenimiento de
la dominacion colonial. El gobierno español, hijo
de un motin militar,
y
sin medios para combatir
el del ' Perú, se dió fácilmente por satisfecho; .el
ejército, que en el Sur estaba
á
las órdenes de Ra–
mirez, no presentó por entónces la menor muestra
de oposicion , si bien uno de sus jefes babia de in–
vocar
má~
tarde la ilegal elevacion de Laserna para
sustraerse á sus órdenes con gran discordia
y
daño
irreparable de los realistas; ·el voto de éstos se con–
quistó sin gran dificultad, reduciendo el nuevo
Virey su sueldo de 60.000
á
.12.000 pesos, arre–
glando su secretaría de manera que no pudiera
t~merse la revelacion de sus planes, nombrando ge–
neral en jefe
á
Canterac, y jefe de E. M.
á
Valdés,
ambos de gran nombradía, no dejando en las for–
talezas del Callao personas sospechosas, "/ procu–
rando llenar las bajas del
ejé1~cito
y surtirse de vi–
vere8, que escaseaban mur,ho. Monet partió
á
Yau–
yos por ganado; primero Ricafort,
y
en seguida de
él
Y.aldés, recibieron órden de marchará Jauja, no