374
D. JOSÉ DE LASERNA.
marcha, junto con el crédito, casi toda la division,
que debia servir de base
ra un ejército de re–
s~rva.
Sin encontrar fuerzas regulares, que pudieran
resistirle, sorprendió Ricafort, el 3 de Marzo,
cerca del pueblo de Coneepcion,
á
cinco leguas de
Jauja , una partida de Aldao,
á
la que
ma~ó
cuatro
hombres é hizo algunos prisioneros,
y
sin más opo–
sicion continuó hasta Izcuchaca. Reunido despnes
con Valdés en la banda occidental del rio, intimi–
dó á los indios , que 'de la orilla opuesta querian
contenerle, vadeándolo· con su ·caballería
á
todo
riesg o,
y
l es di6 alcance cerca de Ataura. Los in–
felices, aunque pasaban de 4.000, pelearon en el
mayor desórden, casi sin otras armas, que hondas
y
palos , de modo, que fueron arrollados comple–
tamente
y
muertos
á
centenares. Sus desapiada·
dos vencedores ostentaron su fácil triunfo hasta
Paseo; toda aquella importante regiou quedó bajo
el duro mando de Carratalá ,
y .
la dominacion co·–
lonial no encontró desde el Cerro hasta Oruro. com–
batientes que osáran arrostrarla, sino los int répi–
dos morochucos , quienes , acostumbrados
á
una
vida independiente en las p
1
unas
·Y.
valles próxi–
mos
á
l a region media del Pampas, no podian. ple–
g arse al y ug o, ni con la más espantosa carnicería,
ni con la devastacion de sus pueblos. Dos revolu–
ciones se habian intentado en la sierra: una en el
Cuzco, por el coronel Lavin, enviado allí á causa