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D.
JOSÉ .
DE LASERNA.
batieron con valor desesperado durante unos quin–
ce minutos, quedaron entre os muertos 96
realis~
ta·s, y 156 fueron hechos prisioneros.; el resto ' de la·
columna, que había logrado salvarse, cayó tam–
bien , en gran parte , en poder de sus perseguido-–
res, dos días despues,
á
las inmediaciones de Moque–
gua. La columna de Puno, habiendo llegado
á
Mi–
rave, apénas concluido el combate, hubo de poner–
se en fuga, y
al~anzada
el 26 de Mayo en el punto·
de la Calera, fué deshecha completamente, murien–
do
6
cayendo prisioneros todos sus individuos.
Tan rápidos y espléndidos
tri~nfos
enardecían el
patriotismo en las intendencias de Arequipa. Pun<>·
y
Cuzco, y Miller habría conseguido resultados de–
cisivos, si conforme
á
su solicitud y
á
la de San
Martín , recibiera apoyo de los independientes de
Chile y Buenos-Aires;
és~e
no podía prestárselos
. á
causa de su
~spantosa
anarquía, y aquél por tener
agotado su armamento; así es que el brillante ven–
cedor hubo de retirarse, cuando .la opinion
Ye
son–
reía más, viendo acercarse al constante La Hera
con
fuerz~s
veteranas. Sus riesgos hubieran sido
muy
5
raves, si el 14 de Junio n,o se recibiera en
Tacna un
~viso
oficial de haberse pactado un ar-
'
misticio entre las fuerzas beligerantes. Al terminar
la tregua, se díri
0
i6, el 19 de Julio, al puerto de
Arica , de donde, vencidas algunas dificultades, se
dió
á
la vela tres dias despues, con direccion .al
Norte,. llevando consigo algunos emigrados.