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JOSÉ D;E'
LASERNA.
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minaron
á
Tacna, que los recibió con entusiasmo,
parte alcanzaron en
e9
valle ·de A.zapa
á
los. realis-.
tas, haciéndoles 100 prisioneros,
y
otro destaca–
mento se apoderó de 120.000 pesos. Miller recibió.
un importante refuerzo , aceptando las ofertas de
'D. Bernardo Landa, antiguo perseguidor de los
patriotas,
á
los que podia ahora servir de mucho,
por su acreditado valor y su eonocimiento del país.
Para combatirlos dispuso el general Ramirez, que
bajasen 200 veteranos de Oruro
y
250 de Puno
para
unirs~
á
100 hombres, que existian en Mo–
quegua
y
á
350 reclutas de Arequipa, iodos sujetos
á
la órdenes del coronel La Hera, el que debia to–
mar la ofensiva, una
vez
concentradas las cuatro co–
lumnas cerca de Tacna. La combinacion de fuerzas,
que partían de tan apartados puntos, de suyo muy
arriesgada, fué impedida por la actividad y ener–
gía de Miller, secundado eficazmente por la deci–
sion de los pueblos. La Hera se hallaba con el des–
tacamento de Ar'equipa en Mirabe, esperando la
columna de Puno,
y
dormía tranquilo, por estar
sus enemigos
á
quince leguas de distancia,
y
me–
diar entre ellos un desierto, tan lleno de escabrosi–
dades, como escaso de recursos. Conducido por
Landa, lo atravesó Miller en diez
y
ocho hora ,
y
habría sorprendido
á
los realistas, si su avamzada
no hubiera sido descubierta por un piquete de ellos.
Frustrada la sorpresa, emprendió Miller el at ql?-e
al rayar la aurora del 22 de Mayo,
y
aunque com-
,