D. JOSÉ DE , LASERNA.
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influyendo en que los oficiale ubalternos de ma–
rina dirigieran contra: su jefe una represeutacion
poco re petuo a, por haber dado el nombre de
Val–
divia
á
la
Esmeralda;
ya resistiéndo e
á
obedecer
sus órdene .
·
El severo cuanto altivo lord los había castigado
'
sin salir de lo limites de la ordenanza ,
y
no pudo
ménos de irritar e profundamente viéndolos, al re–
greso de una e pedicion, libres é impunes por la
proteccion del caudillo libertador. Poco
defer~n
te por su part , volvió
á
castibarlo , sin cuidarse
de las alegaciones de an Martín,
y
óste hubo de
acudir al Mini tro de Chile,
á
fin de conseguir, que
su autoridad superior fuese más acatada. El gobier–
no ' chileno, procediendo con cordura, se limitó
á
aconsejar, que . e evitasen desavenencias peligrosas,
1
tolerando
á
ochrane la <lema ías , que no cedie–
sen en perjuicio de la gran causa
á
que ambos pres-
taban emin nte
rv1c1os.
Aplacada con iértos interv los
6
neutralizadas
tan grav cli n iones, pudo pr t r la e cuadra la
cooperacion
l ·
· importante par que una p rte de
las fuerza lib rtadoras operára por el Sur, mién–
tra ren· l ha ia por. el orte un·
;:,unda expe–
dicion
á
la
j
errJ.
y
an Marti n e acercaba
á
Lima. El
13
de Marzo alió de Huacho , e coltada
p~r
Cochran , una division de 500 hombres de in–
fantería
y
O d caballería,
á
l· s órd ne del t e–
niente coronel Miller. Desembar<.;ado en Pisco, en