JOSÉ DE. LASERNA.
383
cuanto por
la
f
lta
de medicinas. Los patriotas de
Lima la ' enviauan si esquivar sacrificios, .ni ries–
gos; p ro no siempre llegaban á tiempo
y
en can–
tidad s116.0iente. Ur
0
ia, por lo tanto, abandonar
aquel lugar epidemiado, donde llegó
á
estar en el
hospital una iercia parte del ejército. En fin, con–
venía acer arse á Lima, cuyos dominadores, aque–
jado ic ·ualmente por las fiebres, hostigados de cer–
ca por
la
guerrilla , y faltos de recursos, no po-
dian ho tiliz
r
á
l
fuerzas libertadoras, protegi–
da , en la po iciones de Ancon
á
Chancay, por la
proximid d de la e cuadra.
Por este tiempo e tenia gran confianza de que
se interrumpieran las hostilidades, por haber lle–
gado de la córte el capitan
de
fragata
D.
Manuel
br
u
para entablar n
0
ociaciones pacíficas. El
Gobierno constitu ·ional d Madri había enviado
n su compañía otro ·omi ionado, que murió en
Panam· ,
y
así hu o él d lle
0 ··
r olo, el 25 de Mar–
zo, al amparo nto ·de Hu ur· , nimado de las me–
jore int ncion s, p ro
J
e o de habilid d diplo–
mática
J
prodtici n lo
iI
pre ion
de favorables
á
la E p·
ñ·
por u
rid~cnh.
fi
·ur .
4
<
·Que t 1, dijo
· 1
rl
n ier oc ion
r ía del Rio . i por la
mue tra e ha d juz ar del paño. ,, El ca allero o
· n .Mar-tin provuró atraér lo, di p n ándole l
con· idera iones debida
un enviado régfo po-
~ni
nd le u rdia de honor
y
dándole convites es·
pléndido . Por 1 contrario, los reali tas <le Lima