D. JOSÉ DE LASERNA.
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de su an+erior conspiracion en Arequipa,
y
otra
entre los soldados de Si sica · ésta abortó
y
~ué
se–
veramente reprimida diezmando su autores;
y
la primera se sofocó con la muerte del coronel
y
de
algun,o., de
Sl)S
c6mplices , que al tomar las armas
hallaron prevenidos á sus contrarios.
Ricafort
y
Valdés, que del Cerro bajaban muJ'.
ufanos á Lima, sufrieron cerca de Canta un gran
reves por el ostenido
y
bien concertado ataque de
los montoneros , que eran acaudillados por ,Quirós
y
otros jefes acreditados. Dejando caer obre ellos
'enormes galgas, que arrastraban otras muchas
piedras en su descenso. destrozaban su., columnas,
y
aguardándolos despues ' en los desfiladeros, les
disparaban tiros con -ran estrago. Ricafort quedó
herido, mucha de su gente fuera de combate,
y
la
mayor parte habría perecido, si no faltá.ran las mu–
niciones
á
los montoneros. Habiendo recibido Qui–
rós algunas más de Lima, y recogiendo várias ar–
ma del campo de batalla, volvió atacar cerca de
Huampaní á los realistas, cu os resto habian sido
reforzados •por Rodil con dos batallones . 'I'ambien
aquí sufrieron muchas baja ,
y
aunque · al entrar
'
en la ciudad quisieron ocultar su derrota con ale-
gres
repiques~
u reducido númer-0,
y
la llegada
1
d~
Ricafort en camilla no permitieron, que el público
cayese en el engaño.
Tampoco habían sido felices los e.. pañoles en el
levantamiento, que habían concertado en Cajamar-