D. JOAQUIN DE LA PEZUELA.
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los primeros gastos , le obligaba
á
renunciar su
-cargo de general en j . , con el objeto de que el
gobierno de Buenos Aires
y
la logia de Lautaro
.se
lo facilitasen sin economizar sacrificios. Ya se
veia solicitado
á
abandonar su gloriosa empresa
para tomar parte en la lucha fratricida, que desolaba
1
las provincias del Rio de la Plata. Su decision in–
contrastable y sus principios le preservaban de caer
en semejante tentacion. Pero sus enemigos políticos,
entre los mismos defensores de l,a independencia,
quisieron atentar contra su vida, y le forzaron á
tomar medidas terribles, que le quitaban el tiempo
y
el crédito. Una grave enfermedad, que le atacó en
Mendoza, le ol?ligó
á
pa~ar
la cordillera en angari–
llas.
Llegado
á
Chile, y.despues de él unos 2.118
hombres de auxiliares argentinos, que preservó así
.de perderse en la civil contienda,
faltab~n
los re–
cursos, que al fin pudieron obtenerse, comprome–
tiéndose los
comercia~ tes
Solar, Sarralea y Peña á
.hacer los gastos
á
razon de 160 pesos por plaza, co–
brables largo tiempo despues de corridos todos los
riesgos de la guerra. Cuando todo estaba listo, sur–
gió la intempestiva
pret~nsion
de Cochrane , que
quería ser el caudillo de las huestes libertadoras,
como si su superioridad marítima pudiera suplir
por los conocimientos,
relacione~,
prestigio y legí–
timas influencias del héroe americano, iniciador
y
jefe natural de tan alta empresa.
Al
fin cedió el no-
ble lord, no sin suscitar todavía algunos embara–
ct~