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D. JOAQUIN DE LA PEZUELA.
muy crítica. Su
fe
se alentaba de dia en dia, unas
veces con las victorias collflletas de .los indepen–
.dien tes, tales como la de Boyacá. con la que Boli–
var destruia el poder real en Santa Fe,
y
prepara–
ba la libertad de Venezuela; otras veces con la re–
volucion de la España, que alejaba el- riesgo de ex·
pediciones enemigas,
y
de contínuo con los anun–
cios de que se apresuraba en Chile la organizacion
de las huestes libertadoras. Mas, como de dia en
dia iba aplazándose su venida, como los realistas
est&ban fortificándose en el Perú, y como su vigi–
lancia ,era más activa, los espíritus impacientes se
desalentaban
ó
tenían los más tristes presentimien–
tos. Muchos conspiradores, gente asustadiza de
suyo, de ,vista corta
y
pronta
á
exagerar 1os peli–
gros , que les cercaban , lo suponian todo perdido,
si no llegaban pronto los prometidos auxilios. Los
hombres resueltos y de sólidos principios aguarda–
·ban tranquilamente, que todo estuviese bien prepa–
do,
y
sin arredrarse por riesgqs personales, procu-
raban allanar el camino á los libertadores, ya
fo–
meniando el espíritu público,
ya
ganando para la
patria las fuerzas levantadas para oprimirla.
San Martin tenía siempre la idea fija en la expe–
dicion al Perú, con la que se proponia asegurar la
independencia de tres naciones; pero veía aplaza–
dos
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dificultados sobremanera sus aprestos bélicos
por toda clase de obstáculos. Ya la demora en faci–
litarle medio millon de pesos, indispensables para