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D. JOSÉ ABASCAL.
que tomaron parte la Audiencia, el Arzobispo, los
jefes militares de mayor graduacion, representan=-
. tes del Tribunal de Cuen s
y
otros sujetos de gra:n
influencia. Al deliberarse sobre el partido más con–
veniente para comprimir el general alzamiento,
opinó la mayoría, que los -levantados debian ser.
combatidos con la fuerza de las armas. El regente
Arredondo babia sido de opinion : que la guerra
sería fatal á la dominacion española; que, si era fácil
derrotar á gente inexperta en batalla .campal, no
tardarian en reparar sus desastres, se aleccionarian
con ellos, y al fin obtendrian el triunfo; pero que,
si en vez de las armas se apelaba á los artificios
d~ .
la política, pudiera introducirse la division entre
personas incautas, deshacerse de los más peligrosos,
y
redtJcir
á
los demas insensiblemente
á
la acos–
tumbrada obediencia.
Asegúrase, que al dispersarse los miembros de
la junta, donde
fué
resuelta
la
guerra,
y
cuando se
retiraba Arredondo,
fué
llam~do
por
1
Abascal, que
con toda franqueza le dijo: «¿Cree usted, que des–
conozco la exactitud de su Yoto.
y
que no tendria
buenos resultados, si se adoptase? Cuanto usted tie–
ne expuesto, es lo más conveniente y
lo
que puede
salvar estas posesiones; pero ¡pobre de mí, si lo si–
guiese! Sería entónces calumniauo en la córte; me
creerian cómplice con . Godoy, mi favorecedor, y
que trataba de preparar estos ricos dominios para
el usurpador Bonaparte. .Cada uno de los circuns-