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EL MARQUÉS DE CASTELDOSRIUS.
co:rdias snscitadas por la ciega codicia de los
~i
neros.
CAPÍTULO IV.
DON DIEGO LADRON DE GUEVARA, OBI PO DE QUITO.
1710-1716.
Un mes despues del fallecimiento del Marqués se
hizo cargo del vireinato el Obispo de
Qui~o,
aun–
que era el último nombrado en el pliego cerrado
de provision. por haber muerto
ya
los obispos del
Cuzco y de Guamanga, que ocupaban los dos pri–
meros lugares de la terna. Desde 1696 hahia des–
empeñado digr:iamente la presidencia de Tierra-fir··
me; en las sedes episcopales de Guamanga
y
Cuz–
co babia contraído mayores
m~ritos,
y en la de
Quito se habia hecho acreedor
.á
la gratitud régia_
por haber dado una animada pastoral en favor de
los Borbones. Ostentando de virey la misma deci–
sion, celebró solemnísimas exequias por el padre
de
:B
elipe V, despues de haber festejado con gran
pompa la victoria de Villaviciosa, que afirmó su
vacilante trono. Para estas alegres fiestas se impro–
vi2ó tambien un teatro en palacio, en el que fué
repre entada la oportuna comedia
Triunfos de
amor
y
poder,
obra del ingenioso Peralta. Lima
tomaba una gran parte en la celebracion de tan
~
importante
triu~fo,
que no habría sido alcanzado