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Cuzco estando él fuera, y para esto caminó toda la no–
che, y en llegando mandó aderezar las casas del Adelan–
tado para que posase, y hacer el aposento para la gen–
te que con él venía.
El Adelantado era ido con cantidad de gente de pié
y de caballo al valle de Yucay, que está cerca de Tam–
bo, para desda allí trabajar de traer al Inga de paz, el
cual disimulaba con él todo lo que podía, a egurándo–
le y enviándole presentes de cosas que sus gentes de
guerra habían tomado a los e pañoles que habían muer–
to, pensando por ·esta vía asegurarle y tr aerle a Tam–
bo para matarle con todos los que consigo traía. El Ade–
lantado le envió un Capitán para que le hablase y le
dijese que le rogaba viniese de paz, . diciéndole que él
era Gobernador en la tierra y le desagr aviaba de cual–
quier mal que le hobicsen hecho, porque V. M. le daba
esta Gobernación. El Inga se holgó mucho con el Capi–
tán y le hizo muy buen tratamiento, 'juntamente con un
paje del Adelantado que llevaba consigo, porque enten–
día bien 1a lengua, más no los dejó v·olver con la res–
puesta, esperando qu e el Adelantado había de ir por él,
y
como no fu é, hízolo poner a buen r ecaudo y comenzó
a dar guerra a el Adelanta do ; el cual se salió ele Yu–
cay con mucho tr.abajo, porque había muchos in'dios
de guerra sobre él y por todas partes le daban harto
que hacer. Antes desto había escrito Hernando Piza–
rro al Adelantado con un indio, y envió con él cuatro
de caballo, porque la gente ele guerra no le matase y
porque le dejasen pasar ; a los cuatro de caballo to–
maron los españoles del Adelantado y los llevaron pre–
sos delante dél, y leyeron la cartera que llevaba el indio
de Hernand·o Pizarro, en' la cual decía así: "Que mirase
dónde entraba, porque los indios es gente cautelosa y po-
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