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de caballo y de a pié, y llegó al mismo valle de Urcos,
a donde salió a él un Capitán diciendole que no pasase
adelante, porque él había quedado allí con cierta gente,
y que el Adelantado era ido a
vers~
con el In'ga para trae–
llo de paz; Hernando Pizarro le respondió : "Yo no ven–
go a contradecir la voluntad del Adelantado en aque–
llo que fuere servicio de nuestro Príncipe, antes me ha–
bían dicho que venía desbaratado de indios de guerra
y venía a socorreros, y si esto no es verdad declarad–
me vuestra intención, que yo no querría errar por estar
mp,l informado": El Capitán r espondió: "La intención
Jel gobernador D. Diego de Almagro es venir
y
tomar
la posesión de esta tierra, de que le hace Gobernador
S. M." Entendiendo Hernando Pizar:i;o el propósito del
Adelantado, y viendo el poco r eposo que se le
apare~
jaba a cabo de un año que con tanto trabajo
y
peligro
había sostenido esta tierra, considerando el mucho mal
que de esto había de suceder, paresciéndole por una
parte que el Adelantado venía con determinación de me–
terse en el Cuzco, por la otra sabiendo que no tenía pro–
visión de V. M. que tal le mandase, porque las que te–
nía él se las había traído y suplicado a V. M. por ellas
cuando vino en
E,
paña, parecíale er gran poquedad
entregarle la tierra ·que estaba dada en gobernación a
su hermano, sin primero ver expreso mandato de V. M.
para ello, y como hombre celoso de su honra, tenía en
sí ser obligado a dar cuenta desta ciudad a quien se la
había entregado; y comunicó con los suyos lo que se
debía hacer, y aconsejáronle que prendiese
aque~ Capi~
tán
y
los qne con él e taban, y que no diese lugar a ma–
yor daño, porque ellos habían sostenido y defendido
·esta tierra
Gon
mucho gasto de sus haciendas y peligro
de us vidas, y que obre esto no querían tratar con
Go~