99 / 190
-71-
que le perdonase por haber detenido sus mensajeros,
que lo había hecho por informarse dellos de la guerra
pasada, que venía deseoso de saber nuevas. Hernando
Pizarro dijo a estos caballeros, que a él l!'l habían di–
cho que le tenía pre os sus mensajeros, y que si era así,
-creyendo que el Adelantado venía de mal propósito, ha–
bía acordado de salirle al camino, pero pues ello no era
.ansí y su voluntad parescía no ser tan dañada, que él
se quería volver, y que dijesen a el Adelantado que le
pedía por merced se vinie e al pueblo a aposentar, que
sus casas le estaban aderezadas, y para su gente tam–
bién estaba h echó aposento; y mandó al capitán Hernan–
do Ponce, y al tesorero Riquelme, y a
~l
de R.Q:_
jas, y al licenciado Prado que fuesen a hablarle, envián–
dole a decir que mirase en la dispusición que hallaba la
.ciudad, por donde vería que al servicio de Dios conve–
nía mucho el sosiego y toda paz y concordia, porque sien–
<do lo contrario sería oca ión para que todos se perdie–
sen, y el Inga se quedase señor de la tierra, y V.
M.
des–
poseído de estos r einos y Nuestro Señor muy deservido
con la müerte de los cristianos; y que si en algo se que–
ría poner, que ante todas cosas hiciese mensajeros al
gobernador D. Francisco Pizarro, porque él vendría en
todo aquello que fuese razón,
y
que entre tanto podía
-venirse a la ciudad con todos los que consigo traía, por–
que descansasen de los trabajos pasados, y ofreciéndole
su casa y hacienda, con otros muchos cumplimientos. Y
con esto se volvió él a la ciudad,
y
los mensajero fue–
ron; los cuales, después ele haber hablado en público al
Adelantado, se apartaron en secreto, dond€ hobo algu–
no entre ellos que derramó tanta cizaña, que fué causa
d el mucho mal que después sucedió.
Los mensajeros volvier on esa noche
y
dijer on a H er-
c.,
c.ÁWJ._
,.0_
J?_.r¡
O\Á
-<,,{,
....Jo-"-'
?
}·'Ji¡.