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guna manera crédito a ello porque los indios de gue–
rra, todas las veces que e topaban con españoles, les
amenazaban diciendo que venía el Adelantado muy eno–
jado, que era su amigo y que los había de matar a to–
dos. Esto anduvo entre los indios bien dos meses, has–
ta que vino nueva de estar el Adelantado con quinien–
tos españoles a sietti leguas desta ciudad, el cual, an–
dando en su descubrimiento, le escribieron como le eran
venidas pr.ovisiones de V. M. en que le hacía merced de
docientas leguas de gobernación, que comenzasen des–
pués de acabadas las docientas y setenta leguas. quel
gobernador D. Francisco Pizarro ti ne por límite de la
uya ; paresciéndol.e que contadas desde el río de San–
tiago, donde toma principio, con gran parte no llegan
aesta ciudad, no mirando la diferencia que hay a con"
tallas Norte-Sur, o por las jornadas que se caminan,
porque contada como se han de contar entra esta ciu–
dad del Cuzco con veinte y tantas leguas más adelan–
te en los límites de D. Francisco Pizarro. Lo cual de-
. hiera de muy bien mirar el que lo escribió, ántes que
dar ocasión a t\ln grandes deservicios como dello a Dios
y a V. M. han sucedido, pues allende del daño que con
su vuelta se hizo, se pe1"dió el mucho provecho que del
descubrimiento de. la tieri'a se pudiera seguir, no ' mi–
rando cuánto mejor era ganar de infieles aquello que
no venir a tener guerra con los e pañoles sobre lo que
ya estaba sujeto a
V.
M. y a su Real corona.
Hernando Pizarro, presumiendo que la vuelta del
Adelantado pronosticaba mucho mal, tomaba desto que
·los indios decían alg;unas sospecha de ser a í ; más pare–
ciéndole que podría ser viniese desbaratado, no daba cré–
dito a lo que algunos le decían, diciendo que él no po–
día creer que él viniese con mal propósito. Consideran-