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priesa en caminar y los prendedores mucho espa–
cio, no lo alcanc;aron
y
se boluieron al campo. Al
tiempo que dauan la buelta encontraron en el c·a–
mino a vn Alonso de Orihuela, natural de
Sal~manca y vezino del Cuzco, que salia de traues,
muy descuydado, por otro camino, que yua a la
cibdád de Arequipa con mandado del Visorrey y
por la gente que alla auia, al qual prendieron
y
lo lleuaron a Pic;arro para que hiziesse -del lo que
quisiesse. Quando Pic;arro le vido le preguntó lo
que lleüaua, o a que yua a la cibdad de Arequipa;
no q]Jiso descubrir cosa alguna, antes se tiene por
cierto que en el camino se c;omio los recaudos que
lleuaua, de miedo que tuuo del tirano. Por lo qtial
Gonc;alo Pic;arro mandó a Gaspar Rodriguez lo hi–
ziesse ahorcar, y como el estaua ya determinado
de yrse al Visorrey,
y
no hállando porque lo deuia
ma~ar,
lo dexó de hazer; mas hechole en fuertes
prissiones creyendo que con aquello se satisfaría
Pic;arro y lo dexaria yr su camino. Assi como supo
el tirano que Gaspar Rodrig-µez de Camporedon–
do no auia ahorcado a Orihuela, se enojo mucho
contra el, y luego el Maestro de campo, Alonso de
Toro, tomó la mano y le hizo dar brauissimos ttlr ·
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mentos para que declarasse lo que le preguntaua,
y el no dixo nada de quantas cosas le preguntaron,
por lo qual le trataron muy mal en los tormentos,
de' que quedó tullido de pies y manos para to<la su
vida, y assi lo dexaron. Hecho esto tornó Gonc;alo
Pic;arro a
s11
comern;ado camino con mas alegria
y
contento, y porque no le acaesciesse alguna cosa
de mal ynforturaio 11 uaua grandissima horden en
G.
DE SANTA ÜLARA.-Il.-I.
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