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el caminar, y mucha vigilancia y cuydado en su
exercito porque no se le huyesse alguno, y desta
manera yendo por su camino· llegó al pueblo de
Hacos, en donde estuuo algunos días. Estando en
este pueblo llegaron a el Pedro de Puelles, Gomez
de Solis y Diego Bonifacio, con los demas que sa–
lieron de la cibdad de Leon en Guanuco, y Pic;arro
los rescibio con gran plazer y alegria, y ellos le
dieron animo y esper:arn;a que sus cosas yrian de
bien en mejor, y que consiguiria lo que tanto
desseaua, y que prosiguiesse su comenc;ada jorna–
da. Assimismo: 1legaron a este pueblo el capitan
Diego Diaz de Piñera y Geronimo de Villegas,
con los demas soldados que se huyeron al General
Vela Nuñez en el pueblo de Jauxa, con los quales
Gon<;alo Pic;arro Y· los de su exercito se holgaron
mucho. En este comedio llegó a Lima el padre
Balthasar de Loaysa, y el Visorrey lo rescibio
muy bien, y con su venida fue certificado que los
que se auian huydo del tirano venían su poco a
poco por la costa de la mar, que es el
cami~o
de
los llanos que va y viene de Arequipa.
Y
tambien
le dixo que los caualleros que se querían huyr del ·
campo de Pic;arro, como por las cartas lo 'eria,
no aguardauan otra cosa sino saluoconduto y per–
don del rey, y mas vn mandamiento suyo para
prender o matar al tirano, por lo qual el Vis0rrey
determinó de lo embiar al exército de_Pic;arro con
recaudos de la Real Audiencia ; y todo lo que
passó, adelante lo diremos mas largamente.