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t0do ello, y sobre todo le dio a entender que tenia
conuertidos a otros muchos para hazer otro tanto.
Gaspar Rodriguez de Camporedondo se declaro
con el abiertarp.ente
acere~
de la yda de Geronimo
de la Serna, para que el Visorrey le embiasse per–
do~.
d!! lo passado y prouission para P.rendet a
Go~c;alo
Pi<;arro, que el se ofrescia de lo hazer, y
q11e despues no auria necesidad de hazer gente, ni
menos de quien rezelarse. Y para concertar esto
mejor se fueron a casa de Diego Maldonado, el
rico en donde se -ajuntaron el padre Balthasar de
Loaysci ; Gaspar Rodríguez de Camporedondo;
Juan Jullio de Hojeda; -e_edro_de
Es~;
Gregorio
Setiel
y
Pedro de Pineda, con otras personas de
valor; y tratandose del negocio se resumio •que el
Padre L?aysa se partiesse Juego a
Ljm~
_para
traer el perdon y saluoconduto qué todos pe–
diañ. Y que en -sibiendo. que 'el auia negociad o
bien con el Visorrey, Y- Gonc;alo Pií;arro se uviesse
alexado del Cuzco _, que Diego Maldonaqo, The–
niente del tirano, al<;aria luego
vand~ra
en nom–
bre de Su Magestad y mandada quemar las puen–
tes de los rios que ay del Cuzco a Lima, porque Pi–
<;arro no pudiesse huyr,
y
allí donde les tomasse la
boz le prenderian o matarian; y assi se trataron de
otras muchas cosas, todo lo qual assi concertado,
tomando el Padre Loaysa cartas de Diego Maldo–
nado
y
de ·1os otros caualleros, para el Visorrey,
se partio del Cuzco escondidamente, lo qual sabido
por el tirano embio luego·tras el a Gaspar Rodri–
gu€z de Campored0ndo, con algunos hombres de
confian<;a,
y.
al
fin
como el ocro se dio mucha