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PHELIMINAI\
sion debe constantemente rechazarlos,
y
temerlos. No fue infrucluo o
para la na0ioninglesa el recuerdo de esa aludable máxima de su propia
esperiencia. Supo sufrir mucho, supo resistir largo tiempo por evitar una
nueva revolucion,
y
solo cuando no vió otl'o medio de salvar su religion,
sus derecho
y
suhonor, se sometió ála
nec~
idad,
y
aceptó la consecuen–
cia de un trastorno social. Altamente gloriorioso e para la revolucion de–
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el no haber sido mas que un acto de pura defensa prouucido por la
necesidad. En e o estriba el principal fundamento de su victoria.
En las grandes convulsione ociales suele tal vez de arrollarse una..
fiebre univer al, oberana éimpla de ambicion. No hay quien deje de creer–
e autorizado para entar la mano obre toda las co a
y
reformar
á
su
I lacarelmundo. Nada mas insensato ni vano que e os miserablesarrobalo
Lle la criatura humana quecalificando de cao · la admirable armonía del gran
istema en ei que tiene su pue lo a ignado por la Providencia, trata de
erigir e en creador
y
no hace mas que lra formar
y
dejar hondamente–
impreso el sello de su locura donue quiera que pone u temeraria mano.
No puede en verdad decirse que la nacion inglesa se abandonó
á
e e
frenes! durante su revolucion de
f6 :
lejos estuvo de a pirar
á
cam–
biar las ba es sociales, ni lo destiuo de la humanidad : no se lanzó
á
la
arena ino para conservar una religion, unas leyes
y
unos derechos posi–
tivos, en los cuales se encerraban su pretensiones
y
sus pen amiento .
Partiendo de e le principio llevó á cabo una revolucion grandiosa al par
que moda ta, que dió al pais nuevos gobernantes
y
nueva garantía , y
una vez con eguido e te objeto, se dió 'por alisfecha,
y
e detuvo en u
ur o no conlentándo e con nada
me.no, ni a pirando
á
nada ma .
Consumóse e ta revolucion no por medio de levantamiento populare ,
ino por partidos politico organizado mucho antesde la: revolucion conel
objeto de dar al pal un gobierno normal, pero no con la idea de promo–
ver desórdenes. Ji elpartido tory, ni el partido whig á pe ar de sus ele–
mento revolucionario e habian propue lo otro objeto en ei momento d
u union . Eran partido de política legal, no de con piraciones, ni de le–
vantamiento . inÚéroIÍ e impul ado
á
cambiar el g.obierno del país,
y
como que no habían nacido para e e objeto, volvieron
á
ent.ra1· in
fuerzo alguno en la ia del órden de pues <le haberse separado de lla un
momento no por costumbre, ni por inclinacion, sino por necesidad.
Tampoco puede atribuir e e clu ivamenle ninguno de e o dos gran–
des partidos rivales hasta entonce , el mérito ni el peso de la re olu ion;
pues ambo se unieron
y
trabajaron de on uno para realizarla. Enlr