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DI

cun o

PHELl~ilNAlt

inmen o e pacio que les sirven de limite : otras cau a menos fortuik'l:::

y

de mas moralidad han contribuido tamnien

á

la rapidez

y

á

la erenidad

do u e plendor.

Trataron de adquirirlo bajo la bandera de la justicia

y

del derecho.

La revolucion que da principio

á

su historia fue tambien para ellos un

acto de defen a. No reclamaron mas que las g·arantías

y

los principio

con ignados en sus códigos y que el parlamento de su madre patria que

entonces e negaba

a

cumplirselos babia en otro tiempo reclamado

y

he–

cho triunfar con muchas mas violencias y desórdenes que los que causaba

la resi tencia de aquellos estados.

No puede decirse lógicamente hablando que fuese una revolucion lo

que se propusieron hacer. Su empresa era indudablemente grande

y

pe–

ligl'osa : para conquistar su iildependencia se atraían la guerra por parte

de un enemigo poderoso ,

y

además tenían que establecer un gobierno

central que reemplazara al poder distante de cuya servidumbre e querían

emanmpar. Pero no necesitaban hacer ninguna alteracion en sus institu–

·iones lona.les :

ca.da

una de aquella colonias era libremente gobernada

por lo tocante

á

sus relaciones interiores, y al convertirse en Estado ape–

nas tenia que hacer variacion alguna en sus máximas de gobierno

ni

en

la <iÍ·ganizacion de sus poderes públieo . Alli no babia antiguas tradiciones

que combatir, ni raneios privilegiosque detestar, ódestruir, por el contrario

la adhesion

á

las leyes

y

costumbres antigua , y el respetuoso afecto

á

lo

pasado dominaban en lodo lo ánimos : el si tema colonial dependiente

del amparo de una monarqufa lejana. se con' erlia sin ningun e fuerzo en

si lema republicano bajo la proteccion de un gobierno federal.

No hay indudablemente sistema alguno de gobierno para el cual ea

ma necesario el asentimiento general

y

e pontáneano del pai que el

republicano. Puede concebirse,

y

se ve confirmado por la historia, el es–

table~imiento

de e lados monárquico por medio de la fuerza ; pero no hay

ejemplo de que nunca haya podido hacerse lo mi mo con el régimen re–

publicano, pues no se concibe corno podria establecerse ó subsistir un go–

bierno popular que no contara con lo in tintos

y

la simpatías del pue–

blo. Las colonias de América no tuvieron qne superar tales dificultades

para convertirse en república de los E tados- nido : al adoptar esa for–

ma de gobierno no hicieron mas que atisfacer el oto general

y

desarro–

llar mas bien que abolir susistema anterior.

Tampoco se causó perturbacion ninguna en el órden ocia!; no hubo

lucha entre las clase diversa , ni di Jocacion violenta de inOuencias..\.un-