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I-30

1)1

C 11 O PllEWllNAH

ciando en aquel podero o pueblo, y lleguen siempre

á

tiempo le alvarlo

<le los abi mos que pueden oponerse

á

su marcha 1

Tres grandes hombres>Cromwell, Guillermo III yWashinglon figuran

en la bisloria como árbitros

y

represenlante de la supremas ri i. qu

han labrado la felicidad de aquellas dos grandes nacione . Cromwcll

merece lal vez por 1.a estension y energia de su talentos naturales ocu–

par entre los tres el primer puesto : distinguíase por su espíritu prodi–

gio amente actho,·sólido, exacto, flexible, creador y por una energ'ia d·

arácter incapaz de contenerse por ningun ob táeulo, ni por ningun con–

tratiempo, ysabia encaminar e

á

la realizacion de sus Ilane con una pa–

iencia y un ardor inagotables marchando tan pronto por la vía mas

tortuo a y largas, como por la ma directa

y

peligro as.

obrP. alía igualmente en captar e y dominar la \'Oluntad .d los qu

atraia al circulo de us relacione per onales é intimas, como en organi–

zar y dirigir un ejército ó un partido. Tenia el espiritu de popularidad

el don de mando y con igual audacia e atre ió

á

de-encadenar la faccio–

nes, que oponer-e

á

la furia de su de bordamiento .

la

como hijo de la

rernlucion yconducido de oleage en oleage al poder supremo, su talento,

puede decirse que iguió iempre siendo esencialmente revolucionario :

no le fueron desconocidas las nece idade del órclen

y

del gobierno ; pero

no supo ni re petar, ni practicar la leyes morale y permanentes. ea

por inclinacion de su naturaleza, ó sea por vicio de su itu'acion , no co–

noció regla ni serenidad en el ejercicio del poder; recurPió in nece.ida

el

á

medidas e tremada como aquel cµi e continuamente se ve amenazado

del último peligro

y

de aquí provino que con la violen ia mi ma del r -

medio exacerbó la enfermedad que se propuso urar. El establecer un go–

bierno e empre a que exige procedimientos ma normale y con(ol'm

on la le e eterna del órclen moral. Croffi\ ell logró sujela1' la revolu–

cion, mas no le fue dado edificar sobre

S.llS

ruinas.

Meno obre alientes tal rez en cuanto

á

lo done naturales Guiller–

mo IlI

y

Wa hington con umaron la obra superior

á

la fuerza de rom–

well ,

y

aseguraron la suerte del gobierno que e tablecieron en upatria.

Tal vez deberá e e brillante resultado atribuir e

á

que en el seno mismo

de la ra olucion nunca aceptaron ni pu ierou en práctica la polilica revo–

lucionaria , ni nunca solicitaron ni e vieron en la fatal itua ion de tener

qué

emplear la arbitrariedades del de poli mopara o tener e n alluras

á

que hubie en sido elevados por las violencias dela anarquía.

Desde u primero pa

O'

encontraron natu ralment alocado ,

(,