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566

DI

e

RSO PnEWllNAll

.

das en su inlere e maleriale . La guerra de

arrollat.la

ya

en loua

parle ,

y

en tocia

ig~almenle

de ordP.nada ; producía e lrago sin cuen–

to a i en la ciudade , como en las campiña ,

y

de truia la ub i t n·ia,

ó

la esperanza

y

la indu tria del puehlo . La providencias del parlamen–

to, ene pecial las dél ramo de Hacienda, eran e pioladas por la enemi -

tade

é

intrigas

locale~

de manera que acababan do ptodu ir el d súrden

y

el de precio en la propiedad territorial. Ninguna eguridad habia para

los negocios del momento, ni para las especula ione del por eoir. La

vida civil se veia doloro amente afectada ha

ta

en el ano de aquellas fa–

milias que mas distantes e hallaban de la lucha pol!Lica.

Y

como

por

lo

regular el temor va mas allá de los limito del suírirnienlo, 1pal gemia

dominado de una an iedad ma O'eoeral

y

ma p nosa todnvla que la

triste realidad.

No a hizo esperar mucho liempo la e plo ion de su temore

y

sus

de eos. La guerra estaba aun en el periodo de ma forve c n ia , uan–

do el grito de

PazI Pa:i I

re onaba en la fnisma pu rta del parlamen–

to,

y

en su recinto se recibían fre u nle peticiones demandándola. Para

pre entar estas peticiones solían reunir e grupo tan numer o ani–

mados que ma de una vez luvo que int r enir la fuerza para di ol–

verlo .

En el mi mo eno de la cámara baja donde a i no exi tia a ningun

reali

ta

antiguo, e iba n nombr de la paz formando otro nueYo l arlid

monárquico <Jne tenia buen uidado de no de perdiciar ninguna oca i n

de ponderar la nece idad de entablar nego iacione con el r '. pro–

dujeron e ta buen resultado por la intriga de lo reali ta

ó

parlamen–

tario que no de eando la paz no querían hacer la conce iones n e a–

rias para e tablecerla por la impericia

ó

debilidad de lo qu de eand

la paz no e atrevían

á

querer su condiéiones. La guerra i il 1roseguia

á

pe ar de haber e de organizado

el partido que Ja encendió : en 1

parlamento r nacia la lucha n pro en conlra de la re\•olucion.

El pueblo , parlicularmen 1 agrícola no contenlándo e con pedir·

la paz al parlamento trató de imponerla,

á

lo menos Jocalme te, por

11

propia mano

á

lo do partido . Formáron o a ociacione

e pu ieron

n movimiento cuerpo armados manifestando que ni

á

lo r ali las ni

á

lo parlamentarios d jarian impunemente asolar su ampiñ , que

igualmente se batirían con lo uno que con Jo· otro . ue e

te

movi–

miento una e pecie de neutralidad armada en medio <.le· la guerra :

fu

una tentati a vana· ma por lla pud inferirse con toda_ laridad cuanto