![Show Menu](styles/mobile-menu.png)
![Page Background](./../common/page-substrates/page0274.jpg)
262
HJSTOIUA
lera, seguido de los cornisionados y doméslico , y Joyce se adelantó ilá–
cia él. tdoyce, dijo el rey, os pregunto en virtud de que autoridad prc–
tendeis apoderaros de mi, y acarme de este
c~
tillo.- eñor, en virlud
de la del ejército
y
para prevenir los planes de su enemigos que quieren
por segunda vez sumergir en sangre el reino.-Esta no es una autoridad
1gal ; solo conozco en Inglaterra la mia y la del parlamento : ¿teneis al–
guna comision escrita de Fairfax ?-La tengo del ejército, y en él viene
omprendido el
general.-~o
vale esla re pue ta; el general e la ca–
beza del ejército :
¿
teneis comi ion por
e~cri to
?- eflor, ruegoos que no
me hagais ma preguntas : be respondido ba tante.- amo , Jo ce, sed
franco conmigo; decidme ¿qué comi lon teneis?-Vedla, señor.-¿Dón–
cle ?-Alli.-¿Dónde ?-Detrás de ml;>l yseñalaba us oldado. t<Jamá,
dijo sonriéndose el rey, he visto una comision semejante; convengoque e -
tá escrita eu brillantes caracteres : esos señores son de buena talla, y ie–
nen bien equipado . Pero tenedentendido que para sacarme de aqui os se–
rá necesaria la violencia, si no me prometeis que seré tratado con respeto
' que no se exigirá de mi nada que turbe mi conciencia ni manche mi bo-
nor.-Nada, nada , esclamaron lo soldados.- o e nue tra máxima,
repuso Joyce, forzar la ciencia de nadie,
y
mucho menos la del rey.–
¿Dónde me vais á conducir ?-A Oxford, señor,
.i
o place.-No, aquel
aire no es sano.- Cambridge pues.- Jo, ma me gusta Jewmarket,
on mejores los aires.-Como os plazca, eñor.
l>
El rey se retiraba, y lo
comisionados dieron algunos pasos hácia la tropa : t<
eñore , dijo lord
Montague, nos hallamos aquí en virtud de la confianza del parlamento,
ydesearíamos aber i aprobai cuanto acaba de decir Jo ce.-
í,
si.–
Diganlo en alta voz los que quieran que el rey permanezca aqui con no-
otro .-Nadie, nadie.>) fanife Lada de esta manera su impotencia, se
.ometieron los corni ionados. Tres de ello subieron al coche del rey, lo
otros montaron á caballo,
y
Joyce dió órden de partir.
Al propio tiempo salió para Lóndre un men ajero, portador de una
arta en que este anunciaba
á
roinwell que todo babia salido perfecta–
mente. i no se
encontra~e
Cromwell en la capital debía ser entregada la
carta
á
ir Arluro Baslerig,
y
en falta de l al coronel Fleetwood. Este
fue quien la recibió, pue Cromwell se hallaba en el cuartel general al
lado de Faü
fax,
sumamente inquieto con lo que acababa rle suceder. t< o
me gu ta esto, dijo á Ireton, ¿quién ha dado tales órdenes?-Hemanda–
do, respondió Ireton, que se asegurasen del rey en Holmby ; pero no que
lo saca ·en de alli.-Ba ido forzoso, dijo
tOm\
ell, que acababa de lle-