La Guerra de Quito.
en gran trabajo poderlos escrebir .que distintamente
se entiendan como pasaron, porque llevamos
el
discurso de la historia
.á
todo ello. Y entra aquí la
venida de Pedro de Puélles y Villégas y Gonzalo
Díaz, capitan del visorey, que· aún no hemos contado
de qué arte se juntó con Pedro de Puélles, y otras cosas
que pasaron. Menester será quel curioso .lector se
acuerde delo pasado, porque comprenda lo que se
sigue, y por el trabajo que yo
llevo
en lo recojer y es–
crebir, pido agora esta atencion, porque, forzado, de–
jado uno, tengo que volver
á
otro; lo cual haré con la
mejor órden que yo pudiese. Y pues suelen prestar al–
gunos avisos y atencion para oir novelas fingidas y
otras de que no pequeño daño traen con sus avisos,
profanias y deshonestidades
á
las verdaderas, tengan
atencion á la que leen, pues en ella, si buscan guerra
.6
acaecimientos ó mudanzas, que siempre suelen apla–
cer, no hallaran pocas.
CAP. L.-Cómo Gonr.alo Pir.arro anduvo. toda–
vía muy recatado) y de cómo en el Cur_co hobo
algunos movimientos.
M
uy
recatado andaba Gonzalo Pizarra
y
con mucho
temor, no
em~argante
la nueva que tenia de Pedro
de Puélles. De una parte
á
otra le parescia andar nave–
gando con gran tormenta, pues no era menor
~en
la
, quél se ·via; y afirman que tuvo pensamientos de volver
huyendo
á
los Chárcas
6
irse
á
meter en las manos del