Capítulo XL
VIII.
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CAP. XL VIII.-De cómo el capitan Garcilaso
de la Vega
y
Graviel de Rójas, con otros, se
huyeron, viendo que los hechos de Piz.arro no
iban bien encaminados.
E
N
los capítulos de atrás contamos cómo Gonzalo
Pizarro salió de la cibdad del Cuzco con toda su
gente, é de cómo asentó su real en
el
valle de Xaqui–
xaguana. Pues como él saliese de la
cibdad~
en la cual
quedaba Graviel de Rójas é Garcilaso de fa Vega, con
otros que no habian querido seguirá Gonzalo Pizarro,
-ántes, con palabras, se habían quedado en el Cuzco,
-los cuales, despues de unos con otros tener sus práti-
cas y congregaciones, mirando cuan mal guiado iba el
negocio
y
cómo Pizarro no llevaba buen camino, con–
certáronse Graviel de Rójas, el capitan Garcilaso de la
Vega, Gómez de Rójas, Jerónimo Costilla, Soria,
Manjarres, Pantoja, Alonsq Pérez Esquive!, con otros,
hasta catorce vecino y soldados, de se ir la vuelta de
Arequipa, desde donde con toda brevedad irian
á
jun–
tarse con el visorey para le servir. Y ansí, dejando sus
casas, con voluntades prontas
é
lealísimas para el ser-