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La Guerra de Quito.
v:icio del Rey, se partieron de la cibdad del Cuzco y
anduvieron hasta llegar á Arequipa, á donde con ellos
se juntaron Luis de Leon y Ramírez, y fuéronse al
puerto de la mar que catorce leguas es qe Arequipa, en
un valle de indi<?S que ha por nombre Quilca, á donde
con los indios procuraron que los diesen balsas para ir
á
Los Reyes; porque ·no se atrevieron caminar por
tierra, por recelo que tuvieron de· Pizarro, é por otro
cabo no podian ir, porque no hay más del camino ma–
rítimo
ó
el de la sierra, por donde iba el mismo Gon–
zalo Pizarra, que son ambos caminos hechos pór los
antiguos reyes destas provincias ; y para ir por la
Cordillera, sin camino, es frigidísima, provista de gran–
des nieves, y no pudieran por ninguna manera por
ella salir.
Tres veces entraron en las balsas; la tempestuosa
mar no daba lugar su tormenta á que en ella bonanza
hobiese, ·para pode1: ir su viaje; al fin, salidos .en tierra,
por el mar no les dar lugar
ó
el
ruin apa rejo para na".""
. vegar por
~l,
en sus caballos la vuelta de Los Reyes
fueron, envianda al vi rey cartas de su ida.
Diego Centeno, Gaspar Ra,dríguez fueron á Xa–
quixaguana, á donde avisaron á Pizarra de la ida
de Graviel de Rójas
y
Garcilaso y los demás;
el
cual,
cqmo
lo supo, recibió muy gran congoja, diciendo que
i los tomaba, que juraba que los habia de matar. Y
no poco le alteró aquella nueva su campo; y áun afi.r–
nan que muchos de los que en él estaban; quisieran ir
en compañía de los capitanes Graviel de Rójas, Gar–
cilaso de la Vega, más que no quedar con Pizarr a .