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La Guerra de Quito.
fueron
pr~sos,
y _Diego Maldonado estuvo por les
ahorcar. Pasado esto, Diego Maldonado,
crey~ndo
quel visorey tenia pujanza
y
Gonzalo Pizarro no seria
poderoso para que se dejase de cumplir el manda–
miento real, y tambien porque su deseo no era otro,
salió
á
la plaza diciendo á grandes voces:-¡ Viva el
Rey! é yo alzo esta bandera por el Rey! Y dió li–
cencia de nuevo para que fuesen á servir al visorey
todos los que quisiesen. _
CAP. Ll.-De cómo el rey Mango Inga Yu–
pangue, viendo las disinciones que habia entre
los cristianos, convocó toda la más gente que
pudo, para venzr sobre · el Cuzco,
y
de su
·
niuerte.
C
OMO
ya el fuego tan cruel fuese cundiendo por
todas , partes, y el Demonio, enemigo del género
humano, se holgase de ver la guerra tan cruel que
andaba entre los cristianos,
y
con _cuat?-ta crueidad los
padres mataban á los hijos y los hijos á sus mismos
padres, y que entre todos habia perturbacion, puso
voluntad en el ánimo del rey Mango Inga que fuese
contra la cibdad del Cuzco
y
la destruyese; porque ya
habia tenido-aviso que en ella quedaban pocos cris–
tianos, por haber ido con Gonzalo Pizarro á la cibdad
de Los Reyes. Inducido por el Demonio, sin que los
cristianos que con él estaban lo entendiesen, mandó