Capítulo
Ll.
Este cuento supe yo de un clérigo llamado Ortun
Sánchez, que, teniendo
á
cargo
á
Paulo Inga, her–
mano <leste Mango Inga, supo toda la historia; por–
qu~
luégo · como pasó, lo vinieron
á
contar
á
Paulo el
Inga muchos de los indios que se hallaron presentes á
ello; los cuales dijeron que Mango Inga habló
á
Diego
Méndez
y
á
su·s compañeros, para que fuesen por parte
que Gonzalo Pizarro ni sus capitanes no los pudiesen
ver hasta llegar donde estaba
el
visorey y procurasen
de le poner en su gracia, de manera que no le fuese
hecho ningun daño por la rebelion pasada. A lo cual
los cristianos alegrement.e le respondieron que harian
lo quél
dec~
con entera voluntad. Y pasadas otras
práticas ·entre el rey bárbaro y los cristianos, dicen al–
gunos indios que allí se hallaron presentes, que des–
pues des
to
concertado, ya que tenian ensillados sus
caballos, hobo práticas entre el Inga y ellos, las cuales
vinieron
á
dar lugar quel Inga mandase
á
sus gentes
que los matasen;
y
los cristianos,
co~o
eran valientes,
hicieron mucho daño en los indios;
y
el
uno ·dellos,
qm;ra Diego Pérez, arremetió contra el Inga Mango,
y
con un puñal le dió tantas de puñaladas, que cayó
muerto en tierra. Y hecho esto, quisieron tomar sus
caballos para salir dentre sus enemigos,
y
allegando
en aquel instante un capitan de los bárbaros con mu–
cha gente, fueron muertos ellos y sus caballos. E los
indios que andaban haciendo daño en los términos del
Cuzco, se volvieron
á
Vitícos,
y
el
licenciado de la
Gama supo lo que pasaba de algunos indios que tomó,
por
~o
cual dió vuelta
á
la cibdad del Cuzco. (
I
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