Capítulo Llll.
y desta suerte se volvieron
á
Los Reyes Rivadeneira y
Sabastian de Coca, Rodrigo Niño y otros. Gonzalo
Díaz
y
los demás se fueron camino de Goamanga,
adonde entraron en la cibdad, y hobo algun alboroto,
creyendo Pedro de Puélles que venian tras eJlos desde
Lima; mas, entendiendo lo que era, se holgaron, dicien–
do unos
á
otros que Pizarra habia de ser goberna–
dor,
y
desde luégo le habían de llamar señoría. Y man–
daron á Cristóbal de Torres que fuese con la nueva de
todo ello á Gonzalo Pizarra, el cual .ya venia junto
á
la provincia de Andaguáylas,
y
se holgó en saber que
Gonzalo Díaz estuviese en Goamanga.
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CAP. LIII.-Cómo el visorey, sabida la nueva
de haberse Gonzalo Díar. huido, recibió grande
enojo,
y
lo que más pasó.
Contado habemos como Vela Núñez se volvió desde
la nevada sierra de Pariacaca con harto temor, por
la gran traicion que Gonzalo Díaz habia hecho, te–
miendo no volviese sobre él para le matar; y abajado al
valle de Lima, mucho se acuitaba consigo propio, cre–
yendo .que los males que en esta tierra habian de venir,
causados por las guerras, no habian de ser pocos. Y
cierto él quisiera que el visorey, pues por las isignias
lo habia conocido desde que entró en el Perú, desde
1uégo hobiera las ordenanzas suspendido, por excusar
los alborotos tan grandes que por todas partes habia.
Por otra parte, la maldad de la
ge~te
y poca verdad