XVI
Prólogo.
de haber leido el manucristo de sus
Claros varones de
España,
uno de los cuales era Cristóbal Vaca de Castro,
padre del arzobispo,
y
gobernador del Perú de dudosa
memoria, decía:
'' Ilustrísimo
y
Reverendísimo Señor: Con lamer–
ced que V. S. I. me ha hecho con su carta, he recibido
mucha honra
y
contento, por ver la voluntad
y
gusto
r
de V. S. I. para obedecelle
y
cumplille;
y
si dí en esto
alguna priesa á don Juan de Torres,
fué"
hasta
q~e
pasó desta vida don Baltasar de Zúñiga, que solicifa–
ba que se sacase á luz esta obra de los
Claros varones de
España
á imitacion de las
Varias
de Casiordo (sic):
ahora, vista la intencion de V. S. I., me daré priesa. ·
"El primero punto que toca á la naturaleza del señor
Cristóbal Vaca de Castro se acomodará bien, teniendo
respeto á que no se contradiga con lo que está publica–
do. El segundo, que trata de la sentencia contra los re–
beldes
y
lo que procuró "que se pelease en Chúpas, la
consulta del Consejo sobre los alimentos
y
la merced
hecha en las Indias
á
un hijo, no tiene .dificultad. El
tercero, sobre engrandecer el Monte Santo, no dije nada
del en la direccion del elogio
~V.
S.
l.,
por parecerme
que en aquel lugar se podia .. decir poco; pero visto lo
que
V.
S. I. manda, he pensado de hace·r con breve
~is
curso al fin de toda la obra,
(sic)
como lo verá
v.·
S.
l.
en el principio que aquí va;
y
si satisface, será servido de