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49

Estos son

eNores,

d&-que

me

arrepiento séria

y

publir,amen·

te. La interpretacion, no es de los doctores

y

padres, es del

Espíritu Santo, que asiste .

á

1011

que se

congre~an

en su nom1.

bre, o que inspiró

á

ciertas personas. para el bien jeneral, se·

~n

sus altos fines: "Si Di11s quisiese, el será lleno del es·

píritu de intelijencia.

11

(.)

Ni

es preciso, que esta luz seco·

munique toda

á

\ln tiempo. Repito, que lo v.emos en la con–

ducta misma de

N.

S.

J.

C. Habló primero

á

sus discipulos

en parábolas

y

despues las descifró. (, ) La Iglesia deposita–

-ria de sus tesoros, gracias

y

sahiduria, es la antorcha, que

debe conducirnos en . la noche de nuestra ignorancia. Su je·

temonos humildemente

á

ella,

y

no nos estraviaremos ni

per~

deremos: depende nuestra l'Uina, de quererlo saber

y

pene–

trar todo.

No por esto se

pre~uma,

que brincando de un polo, al

polo opuesto, rindo mi razon á lo que cualq11ier escritor se

proponga, despóticamente enseñarme. Esta sena una humil–

dad perjudicial

y

mal entendida.: "Dir1s es la verdad, todo hom·

bre la ment ira, como esta escrít9

11

(;)

Hombre

é

infalible

implica contradieci.,n. S. Pedro erró en u concepto, como

con claridad se

r

t nuz

n la controversia e .., . Pabh ( : )

Santos eran los

si

s1

s eniah la

rebautW.aci1~n

e n los herejes,

y

santos tambien s que se oponian

á

ella. Eran •ibres en

sus opiniones, p

rt

u la Iglesia nada habia definido: tengo el

peniiamiento po e S. Agu tin.

INTERPRETES

y

casuistas dañaron en el dogma

y

la mo1.

.ral. Con el mayor atrevimiento se separaron de la letra, pa·

ra sostener sus doctrinas con los que se llaman sentidos ale·

goricos, anagógicos, tropoli'1gicos, misticos, acomodaticios. Cien·

cia sutíl, que descarna la biblia, para darle la forma, que bien

parece. Estas son las claves de los teólogos escolásticos,

y

causa de muchísimas herejías. Si esta prC)pllsicion parece avan·

zada, acusese al ·padre Antonio Vieira, relijioso pill

y

elocuen–

te que asombró en la cáterfra. Se vió confundido al encon–

trar en los interpretes sentidos morales, figurados

y

opue tos

á

la letra del tex-to. · ')

~amas

preferiré alegorias

á

las palabras,

[.]

l.]

[;]

[:]

[')

Ecles.

29

v.

8.

S.

Juan cap.

16

v.

1

J.

Paul. ad

Rom. cap.

3

v.

4.

Act.

cap.

15.

De regno Cristi in terri.s consumato.

..

7