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CAPITULO 6.
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QORR1i1SPONDE
A LA IGLESIA ABSOLVER LAS DUDAS, QUE
SE OFRE–
CEN, SOBRE LA TRADICION
Y
LA ESCRITURA.,
Es
una sentencia de
S.
P~dro.
(.) Ninguna profecía de
la escritura es de interpretacion privada. Este es un atri–
buto propio de la Iglesia. Poco versado será en los libros sa·
gradc)s, el que con loca impudencia asegure, que no hay pa–
ta
él nada oscuro y que no le sea entendido. El protestan·
te
Walton <lice: "La palabra de Dios no consiste en las me–
ras letras escritas,
ó
impresas; consiste en el verdadero sen·
tido de ellas/! (,) Exactamente, los mismos pensamientos de
S. Gerónimo y S. Agustin en edades muy anteriores. Creia
el primero, "que una exposicion erronea, convierte Ja palabra
de Dios en palabra del hombre;
y
lo que es peor, en pala–
bra del diablo; porque el diablo mismo puede citar un texto
de escritura.
11
(;)
Es de S. Pedro: hay en la escritura, co–
sas dificiles para entenderse, que· el indocto y no firme, dis–
locará para su de ·truccion. (:
Re~r.e
i;¡i;e la u ilde c'lnfesion
de S. Agust)11:
as ºgnoro e la cscrítura, que lo que en•
tiendo
11
,
( ')
Es necesario que tengamos un maestro, que nos enseñe
y
guie: que no se capaz de error. E ' ta es la Iglesi¡¡i infa–
lible. Por eso /e: piadosísimo l\ííl ·eTI en sus c0nferen'cias fija
estas proposiciones: la. Nuestr.o divinoMaestro, estableciendo
su relijion en la tierra,
á
la que quiso fuesen )n;1tadas todas las
naciones, (
11
}
dejó alguna regla,
ó
metodo, para que las per–
sonas,
qu~
sinceramente las buscasen, pudiesen hallarla con cer–
tidumbre. 2a. Esta regla
ó
método debió ser segura , ja–
mas fallar, ni inducir al racional en error, impiedad,
ó
in–
rn<>ralidad de alguna especie. 3a. Esta regla
ó
método debió
ser universal y adaptable
á
todas las circunstancias y con–
diciones de las personas, que escuchasen la relijion,
á
saber
Ja gran masa del jenero humano.º
(.] 2 l 2.
(,)
In Prol. to his Poligglot. c.
5.
(;)
In epis. ad Galat. cont. Luc.
(:) 2 3 16.
(')
Epist. ad Januar:.
(")
-Math.
28 19.