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133

l'eido tres veces?

S. Pablo reprendió

a

S. Pedro.

S .' P edro

humildemente lo oyó, y se corri110.

S. Agustín admira la für–

taleza del uno,

y

la humildad del otro-Repite el gran P.

sus pensamientos en la exposicion de la carta

á

los Ga lalas,

en una que escribio

á

S. Jerónimo, en el libro

11

capitulo

l.

0

contra los Donatistas-en el libro contra Cresconio.

EL

tercer texto, que alegan

los escolares de B ·larmi.

no es tomado del capitulo

21

de S. Juan verso

15

y

siguien–

tes.

Ec:;

la historia. Aparecido el S eñor

á

seis de

sús dis–

cipulos en la playa del mar de Tiberiades, despues que tra–

jeron

á

tierra la milagrnsa pesca lograda por su mandato, es–

tando comiendo, dijo Jesus

á

Simon Pedro: ¿Simon ele Juan

me amas mas que estos?

Le dijo

á

J esus, si :Señor, tú sa–

bes que te amo. Le dijo el S eñor apacienta mis corderos.

Le dijo otra vez: ¿Simon de Juan me amas, contestó, -i Se–

ñor tu sabes que te amo. Le dijo Jesus aparienta mis cor–

derns. Le preguntó tercera vez, ¿S imon de Juan me amas?

Se contristó PedrQ_, porque le preguntó tercera vez ¿me amas?

L e responde, Señor tndns la. cosas las con.nces: tu sabes que

te amo. L e rh·

el Señor,

~p

ci

ta mis obejas.»

BsTE

belli uno c-apírq lo

y

ese texto, que para mi no de·

ja duda ninguna de la pPimacia de S. Pedro

71

de sus suc–

cesores, se quiere n

iamente intcl•pretar con tal e tensio11,

qu~

so lo en e l Op1sp,

de

orna se (\Onsidere el

obi~pado.

CoN Eu(i .

10,

eofilato y Rivera entiendo pin· corderos

Jos rccien co 'Lertidos

a

a fé y mas tiernos.

Estos necesi–

tan mayor cuidado

y

por eso el · S eñor Iris

recomienda por

<los veces. En las obejas se

ignifican

los mas robustos. Si–

guicudo

á

Curnelio Alapide, son los primeros los simples fie·

Jes, los segundos los maestros, pastores obispos

y

aposto les.

Aquí no contrndigo

á

Belarmino. [.] Era indispensable una

cabeza. No habia sin e lla unidad. Un colejio, una

asamblea~

un tribunal sin un · pre idente, no darian un paso en orue n:

seria unu confusion.

Por que todos eran obi pos, por que to- ··

dos tenían muy altas facultades, por eso mismo debió

hab~r

un Primado.

l,E

confió á S. Pedro, decia el P. Laines, el apacenla!'

las obcjas, animales que carecen de razon, y

FlO

pueden tenel,.'

pa~te

cu el modo de conduci rse.

Sujetar la razon no es estar

privado de ella.

S i careciesemos de razon, carcoeriarnos de

(.)

Lib.

l

de Pont cap.

16.