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,..

,.

~

44-

lna.s

esencialmente parisiense, era en la multiplicidad de sus conocimielltos,

en su despejo para .acometer todo jénero ele estudios y en su admirable

intelijencia para dominarlos. Y

á

habrá podido

ve~e

que to-das sU:S

proposir

ciones

heréticas estaban fundadas en un no despreciable caudal de variados

conocimientos teolójicós, de filoso:fia, de historia y aun de fisic:i.

y

poesía,

y

de ellos le veremos dar mas adelante pmebas verdaderamente singulares:

Fuera de su familiaridad con las artes,

"y

Ue su disting¡.úda, habilidad para

pintar," ségun atestiguaba

el

comisário en elproceso, gustába1e el

estudi~

de

la medicina, de las matemáticas

y

de las cuestiones que· la

:lilosofi~

del

siglo, ciencia que para su mal iba a perderle, había puesto tan a la moda. (1)

Ocupábase tambien de levantar el plano de la ciudad y t(}mar vistas de sus

·principales sitios, por lo que hubieron· de acusarle, ademas de hereje, de

traidor a la corona, "como si PotU!\Í hubiese sido una plaza de gtlerra, decla.

el mism1> Mqyen en su defensa; y como si el rei de Francia estuviese en

guerra con su primo el rei de España."

Moyen, aunque violento

y

fogoso, y no decimos bravo porque ya .hemos

dicho era. frances, no opuso ninguna resistencia

al

auto de

la.

Inquisicio~

y

se dtljó conducir a un calabozo, que si no era el especial del S¡¡.nto Oficio, por

no tenerlo en aquel punto; nos inclinamos a creer estuviese situado dentro de

los muros de la cárcel pública, segun se

d~a

ver por el mandamiento de

pri!lion.

Durante Íos primeros .dias se le m'<l.ntuvo en la mas estricta incomunica-'

cion, y a

fin

de evitar el contajio de su herejía, el comisario del Santo Tri–

bunal espidió cuatro autos sucesivos prohibiendo todo acceso a su persona,

. bajo

la

pena de escomunion

ipso jacto

y una multa de

mil

pesos. Ambas

conminaciones ernn sin embargo innecesa.rias",

Un

luJre,ie

en esos tiempos era

peor que un leproso; todos huia)\ de su presencia poseidos de un santo terror.

Mas cuando el proceso se hallaba. suficientemente adelantado

(.siJJ.

que

1\'Ioyen tuv1ese noticia, ni sospecha siquiera de su existencia), le permitieron

(1)

Entre

loa efectos que le confiscó el alguacil

de~

Inquisicion

al

tiempo de pren–

derle,

encontr6sele

11n

cuaderno de medicina

a.l

parecer escrito por au mano, otro de for–

l

tificacion

militar

y

un

volúmen

so~pechoso

que tenia el si.,ouiente títnlo:-Histoire

dllB

revolutimur

am'VéllB

tm

Europe

tm

'liU.áÜre de

réligion.-PmiH,

1687.

Debemos

agregar

en obsequiD del, ascetismo

d~l

herejé

Moyen. que se le.encontró

tambien eñ

1111

equipaje un tomo de los sermonea de Bourdaloue,

el

gran predicador

católico de la

epoca.,

y que comta ademas de

las

dili

jencias judiciales del proéeso que

dmante au residencia en Potes:! el

7u:rwiq,rca

de Jujui babia. dado

cua;t~•o

pesos

p&l'a

millas,

apartando aquella humild!l obvencion de

s~

pobrezas, para el sosten del culto

t:uyos

núnistros

debían condenarle.

Colrliscaron tambien

a

Moyen

un

tratado de derecho internacional por Pú.ffendorf

y

''una

petaca

de

debwros,

(decía

él

mismo reclamárldola. mas tarde eh Lima), que

estL

mo mas que la plata del cerro de Potosí." Pobre artiSta! Quisieron tambien quitarle

poco mas tarde su aroo

y

su violm, último confidente 1le

SUB

dolores; pero

ántell

que'

consentirlcr prefirió atentar contra stt vi<la, como en su lugar diremos.