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Aquella escena babia dado lugar a una disclll!ion mas grave todavía entre
aquellos teólogoa del desierto, cuya profesion era seguir
l¡¡.
huella de sus
mulas
cargadas
de algodones y otros efeetos procedentea de heréticas na-
ciones.
.
Aseguraba.
en efeeto, Moyen que no debia
temeru
a Dios, en el sentido
-que esa palabra
(
craindre-)
tiene en frances, en cuyo idioma implica
la
idea.
del terror o del miedo inminente y activo que padece el alma. Tal opinion
plll!o fuera de sí al gallego de Redondela, y comenzó a citar Slll! testos al
hereje, concluyendo por aquello que Dios dijo a Santa Teresa:
Teme mi ira!
a lo que el frances contestó:
Patarata&!
Este último atrevimiento agotó
la
pajencia del gallego,
y
en un rapto de
ira
anunció a Moyen que lo acusa.ria a
la
Inquisicion, suplicando al mismo
tiempo a Alvarado que no continuase Slll! chanzas, por el contajio de los cria–
dos. "Ah! señores, les dijo Moyen al
dar
fin
a aquel debate
(q~
tenia lugar
en el sitio
~amado
el Volean, a
10
leguas de Jujui)
si
ustedes leyesen los
libros
escritos
en el idioma frances que yo he leido, qué bien
se
desengaña–
rian ustedes!" Observáronle a esto sus interpelantes que tales h"bros no
corrian porque estaban prohibidos -por
la
Inquisiciqn, y aquí cerró el punto
Moyen con una tremenda fllipica contra
la
Inquisicion de Lisboa, cuyos ho–
rreres habria sin duda tenido ocasion de conocer. Tan lejos estaba de
imajinarse que aquellas
y
otras proposiciones o herejías, le coatarian una vida
entera de suplicios, decretados por ese mismo abominable tribunall
Algunas j ornadas mas adelante
las
herejías de Moyen sobre el
temor de
Dio1
adquirieron mayor gravedad por
la
Slll!picacia
y
la felonia de su es–
condido delator. Habiendo llegado a Santiago de Cotagaita, convidó el)
efeeto Soto a Moyen a hacer una visita al cura don Juan .Antonio Leon;
y
encontrando
allí,
citado a prevencion, al padre fra.m:íscanó
frai
Juan de
Mata, comenzaron ambos, ausiliados del teólogo de Redondela, a argumen–
tarle sobre aquella tésis que,
si
para los eclesiásticos era de puro dogma, para
M.oyen era solo de gramática o mas bien
de
diccionario, por
la
significacion
que le
atribui~.
·
Sea como quiera, el candoroso fra.nces emitiÓ slll! opiniones con su acoll–
tumbrada de5!!nvoltora,
.y
cuandó
y¡
los dos relijiosos
forn,~.aro)l
su concepto,
Soto suplicó a Moyen fuera a traer su cartera de dibujos para .entretener al
cura. Su objeto· con este ardid era únicamente consultar a solas
la
opinion .
de aquel
y
del fraile sobre
la
naturaleza de las herejías del estranjero,
y
en
consecuencia, ambos acordes, le informaron ''que sentian era sectario; no se
acuerda
(die~
Soto en una de sus denw1cias) si
calbenisút
o
lu:teraw
u otro
~ec:iarca."
El franciscano ademas--recomendó al último, que en
el
-acto
de
llegar a Potosí denunciase
al
ltereiiiarca
al comisario de
la
Inquisicion, pro–
metiéndole que . él haria otro tanto en
tUl
próximo viaje
~1ue
medit aba
emprender a aquella cít;da:l.