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-30-

Aquel viaje,

com~

la

estadía de Nantes, duró otro año y medio; Yelj6vétl

Qventurero debió encontrar en su travesia

~érios

peligros, por que hizo en–

tonces el voto de visitar

la

tumba del apóstol Santiago en Galicia., promesa

que cumplió relijiosamente mas tarde.

De regreso en Lorient, diriji6se a la ciudad de

Morla.ix,

en Bretaña, y aban–

donando aqui el arco por el compas, se hizo injeniero. Durante seis meses de

residencia en aquel pueblo, levantó el plano de

la

eiudad y del distrito; y pa·

rece que este último trabajó le fué encomendado por el ayuntamiento, lo

que descubre su notable habilidad en aquella profesion. Moyen no babia

cumplido todavía veinte años en esa época.

Arrastrado, no obstante, por su amor a

la

novedad y a las aventuras, sacudió

de

su

espiritu elletal'go de una vida de provincia, y por el año de

1739

diri–

jióse a Lisboa en busca de un teatro

Ill3.l!

adecuado a. sus gustos novelescos.

Fué en

esta

travesía cuando Moyen, que era tan piadoso como inquieto,

cumplió

au

voto de visitar el sepulcro del apóstol amado de los españoles.

Permaneció dos meses en Santiago de Ga.licia.,

y

embarcóse en seguida para

Lisboa.

en

el puerto de Pontevedra.

Moyen petma.Iieció un año tranquilo en aquella corte viviendo de

los

reeur·

801

de

su

múltiple y brillante talento. Ayudó a un escritor escoces, ilustran–

do con lámina.s una obra que aquel trabajaba por encargo del rei; enseñó es–

grima

a los hijos del conde d'Ouvidor, bajo cuyo techo encontró abrigo, y por

último, dió nociones de música

al

infante don Manuel, que era aficionado

a

~uel

arte.

La

muerte de su abuelo le llamó por esta época (marzo de

1742)

a. Paria·

Permaneció

all1

un a.iio y regresó a. Lisboa, no ya como artista sino como

mercader. Con el fruto de sus anteriores y asi<l,uos trabajos y algun legado

de su abuelo, formó

una

pacotilla de efectos que importaba dos mil pesos

1

y

segun los

us01

mercantiles de aquellos añ08,

se

propuw cuadruplicar su

valor llevándola en persona a las Indias.

Diriji6se en consecuencia ?tfoyen a Lisboa; y alli se embarcó en la flota

que cada año llevaba a Río Janeiro la provision entera de su mercado. Un

año empleó en aquel viaje de redondo, y aunque no aparecen sus provechos,

es indudable que Moyen tuvo mas fortuna como pacotillero que como

.artista.

Sucedía eato entonces exactamente como sucede ahora, y como sucederá

siempre, mientras el mundo

sea

una masa inerte de materia.

La

posicion de Moyen a su regreso de Lisboa en

1745,

era tan aventa–

jada, que el infante don Manuel le nombró "injeniero

y

dibujador de su

cámara."

La

muerte de su padre volvió a ser motivo de otro viaje a París, pues

parece que Moyen tenia una alma sensible,

alma.

de

artista,

y que amaba

tiernamente a su familia. Su destino estorbó. sin embargo, que diera a su

madre viuda el último abrazo de la vida, porque habiéndose embarcado en