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Jlue
perseguida por
ilmnúwdct
la misma
Santa
Teresa por los inquisidores
ue
Sevilla7 :Los santos mismos,
y
aquellos cuya fraternidad hoi parece
tan
cara
.a
los adoradores de los
centenarios,
los santos de
la
Compañia de Jesus tno
fueron perseguidos,
maltrat~dos,
obligados a
h~
al
estranjero como San
Ignacio, fundador de la órden, o juzgados en S!JCreto como su gran colabo- _
¡·ador San Francisco de Borja, duque de Gapdiá1 (1)
Oh! Y que hoi estemos recor.dando todo esto
a
un dQcto clñleno,
a,
un
miembro del consejo de nuestra arquidiócesis, que ha sido preconizada,
y
con
razon en
nu~tro
concepto, como la mas ilustrada
y
la ma.s respetable dé la
cibida por los españoles. "Lo que sobre todo estraña.ba.n, dioe, era que los hijos
pag<Uen
por
los
dilitos de
los
padr~s;
que no se
81tpieae ni mantJifest<Ue
il
q¡te
acusaba, ni
k
confron–
tasen ccm
el
reo, ni kul>ie3e publicacion de testigos;
TODO LO CONTRARIO
a lo que de anti,<YUo
se
acostumbraba en los otros tribunales. Demas de esto les parecia.
cosa nueva
que eme·
jantes pecados
se
c<Utiga8en.conpena de
muerte.
-
"Al
dar
una.
rlipida
ojeada,
dice un escritor de·a.yer
(el
erudito peruano Garcia Calda–
ron, de cuy:. competencia. en materia cat6lica
hablarenW~
adelante) y juzgando como
Mariana
del establecimiento de
la.
Inquisicion,
el
entmulimiento
se ofusca
:y
$e oprime el
'()orazlm
al 'co1t8Üie1'ar
i/,
número de abmos
que
pudieron cometer
y
qv,e en efecto C01fUltiel·on
·
los inquisidores.
La
políticá,
por otra parte, di6 lugar
a.
que se acusase de herejía.
a
los
qm
P..I.RECIAN
enemigos
del
golñerno
o que
profesal!an
IDEAS LIBERALES:
y de este modo
la
Inquisicion,
que no tuvo otro objeto
que
conservar
la
PUREZA DE LA
FÉ,
sirvi6 en realidad
paro sostener
il
poder
absoluto de
los
reyes
ae
Españtl,
para
oponerse
a todo
progreso'!!
mejora
mn.teriaJ
o
inteleCtual,
para
establecer
la.
dominacion
de
unos cuantos individuos,
y
procuror
el
enriquecimiento de
los
mmnos.
Merced a
la
Inquisicion los pueblos quedaron
aum.idos en
la
ignwancia,
en
la esclavitud,
en
el
fatTUI.tismo
y
en
la swper8f:icüm."
Pero no solo
1e
observa.
esta
armonia de opiniones en escriteres cat6licos durante "Un
ciclo de tre's siglos. El historiador mas moderno
de
España
ha.
escrito de
la
Inquisicion lo
mismo que escribi6 Mariana. Pero
el
mismo Pulgar, a quien ta.mbien cita el sefior Sa.a–
vedra como testigo en su abono, no tuvo opjniones diversas.-"Hernandó del Pulgar ·
(dice Torres del Castillo en sus
Pe'J'Becuciones
poltticas
11 relijiosa8,
t.
1
paj.
672)
coetáneo
con
la
fundacion de
la
Inquisicion, manifestó su opinion en
la
(Jr6nica
de
los reyes
católi–
cos,
fundadores de
la
Inquísicion, diciendo: "que
~os
parientes de los présos recla–
maron, porque aquélla inquisicioii y ejecucion era rigorosa
'I1UJ8
de
lo que
debía
ser,
y
que en
la
manera que se tenia de hacer los procesos y en
la
ejecucion de
las
eentencias,
los
ministros mostraban
pasion
de
odio.
"Mas
claro habl6 en cartas particulares, citadas en
la.
obra titulada.:
Olaros 'llfllronu
de
CJaniila,
escritas
al
cardenal Mendoza., a
la
s&zon arzobispo de Sevilla, sosteniendo "que
el crfmen de herejia
llO
debia ser casti,<>ado con pena. capital, sino con multas pe,cuniariaf¡,
como lo habia defel).dido San
Agustín
tratando de la causa de los doll&tiStas y de
las
leyes
promulgadas acerca de ellos por los emperadores Teodosio I y Honorio I eu hijo.''
(1) ''Notemos de pasada., dice el autor de
las
PerseC'UCÍunes
antes citado
(t.
II,
páj. 499)
que los
tres
primeros jenerales de la Compafiia de Jesus, San Ignacio de Loyola, Diego
Lain.ezY
San
Francisco
de Borja, fueron
víctimas
del
~tismo
o del odio inquisítoria.l,_
lo que no impidi6 que los jesuitas constituyeran el mas fume .sosten de
la
Inquisicion
y
mostraran desde
el
establecimiento de
la.
compañia' un celo feroz en
la
persecucion
oontr& los herejes." Vendrá de a.qui la.. lectura en el refectorio de que hemos hablado en
l os Antecedent-1?8
de este opmculo?....