Table of Contents Table of Contents
Previous Page  25 / 168 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 25 / 168 Next Page
Page Background

-19-

,pec-rulo ;no¡·tul

la.

fé o

la

super.;ticion en los heclúceros aboríjenes, (1)

aqu~llOil

propios

machis

que mandó estermina.r Pedro de Vald\via, dando para ello

comision allústoriador-soldado Góngora Ma.rmolejo, y los que todavia (apar–

te de la

Endemoniada

y del San Antonio de las Gaticas, preso y

fugado

de

ln. Esta.mpa) son lo que presiden en Arauco, como en Santiago, a los augurios

del bárbaro y del pueblo. No importa tampoco que hayan condenado sus

prácticas nuestros capitanes en sus bandos, ni nuestros obispos en sus leyes

diocesanas. tLos creyó

la.

Santa Iuqulliicion1 Pues entonces los cree tambien

su exaltado, su inconvencible admirador. "Mucha.<> cosa,;, dice, en efecto, el

tieñor prebendado Saavedra (pá.j. 101) lmi .que discutir en el caso presente

(el de los heclúceros, brujos y endemoniados)

1.

0

íHaÍ o puede haber brujos

1

2.

0

-Si los hai, ¡,merecen pena de mnerte'l--3.

0

¿Será inhumano

el

quernar–

los?-4.

o

El catolicismo habrá. aprobado esta clase de castigo1

"El primer punto no merece ni los títulos de cuestion para los flamantes

ilustr:tdos de nue.>tros días. Desde antes de tomar asiento en las clases de los

-colejios deciden con tono dogmático la no existencia de brujos, y se pavonean

aboreando el fruto de las conquistas de la civiliza.cion del siglo. Si se les

pregunta qué motivo tienen parn. negar que los haya, jmnas alegarán

razo¡¡

-alguna,

y con burlona. sonrisa responderán que pasó

la

época de las antigua–

llas. No es esa una conviccion obtenida por medio

de

¡n·ofundo8

estudios:

es

una

mera

negacion

que se viene heredando de los

naturalistas incrédulos po-r

sistema,

que anda vagando por la esfera. social como tantas otras, y que se

infiltra

e~

las venas de la, aturdida juventud y de la multitud ignorante, sin

que nadie se dé cuenta. de las razones en que se apoya.

"Lutero, añade invocando

ya

peligrosos testimonios, creía en las relacio–

nes del hombre con el demonio"hasta rayar en lo ridículo; José GoiTes, a cuyo

gran talento

y

vasta erudicion

rindió

pa1-ia~

Napoleon I,

calificándolo de mm

potencia europea

(2), reconoce esa clase de relaciones (3), y un abogado frau–

ces, M. Bizouard, sostiene esa misma doctrina en una obra voluminosa que

ácaha de publicar en Francia, con el titulo de

Relaciones dellwmbre con el

llemonio.

Omito citar un gran número de deinonólogos de vasta ciencin.,

pertenecientes

a.

los siglos anteriores.

"Despues deuto, tse dirá toclavia que

la

creencia en brujos está basada en

la ignorancia.1 tNo seria mas fundado· decir que solo los ignorantes y lo:;

desertores del catolicisino

niegan la

p~ibilidad

de sn existencia1"

En

vist.'\

de

esto,

preguntamos nosotros, llegado nuestro turno, a la jente

".sensata, a los sacerdotes de sana aoctrina, a su propio pastor, heredero de'l

(1) Constitucion única, inciso S.

o,

del cap. 13 de

la

primera série de

las

constituciones

-diocesanas.

(2)

Dice que los demonios tienen comercio con lae mujeres,

y

que los hijos de esaa

1Uniones

&,<YOt:m

la

leche de seis nodriza.s.-Bi.wuGrá.

(' )

lllí#Wt,

etc.