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Pi·imado se 1e coúcedió a S. Los Padres l1an
conociifo
·y
Pedro, para hacer \·er, qne no
confesarlo esta unidad.
S.
Ig~
hay mas que una sola
J
g1esia,
nacio
lVI.,
S. Ire·neo, S. Ciernen–
y
nna sola cátedra, qm· la go-
te Alt;jandrino, S. Cipriano, S.
bierna N. S.
J.
C. que como Cirilo, S. Atanasio, S. Epifanio
Gefe Supremo de elJa, la había
y
S.
Agu~tin.
Esta unidad e s
establecido en forma de socie-
l_a profesion de una misma fé,–
dad y congregacion, habiendo
y
en la participacion de unos
de partirse al Cielo, y no pu-
mismos SacramPntos, se ma--:
diendo ella quedarse sin Prín-
nifiesta bajo los legítimos Pas–
cipA y cabeza visible, constitu-
tores, que mutuamente comuni–
"J'Ó
á
S. Pedro, confiriéndole la
can,
y
principalmente con el
mayoría
~n
dones
y
en imperio.
P apa, centro rle ·tocla la unidad•
.J.
C. babia dado en su persona Esto es lo que llama S.
Cipria ~
]a norma de gobierno.
Pedro
no
Sacenlotum ,g·lutem,
la pega,
e-s el púmer traslado que sirve
la cola,
6
engrudo de los Sacer·
de modelo
á
todos sus succeso-
dotes, donde se centralizan
y
1·es para edificacion de la Igle-
reunen todos los miembros dis;–
sia.
Su .procedimíento es con-
persos por toda la tierra: en es–
forme á lo que babia visto y oi-
te es, en quien está la antm:idad
do a _su Didno 1\.faestro,y reflu-
suprema, qne no confirió
J.
C.
cido
a
escritúra por otros Após-
a
cada uno de los miembros
de
toles testig<?s tambien de todo,
su sociedad, sino solatnente
á;
y
pm· él
n~ismo,
es en tochs los
los Apóstol-es, y principalmente
Pontífices el manejo y ónhm
á
Pedro,
á
quien dio la jurisdio.–
de su direccion, y la regla de
cion de conservar esta uriidad
nuestra fé.
entre los demas Apóstoles, á
A esta Iglesia visible que mi·
esta autoridad es á la que com- .
Jita en toda la tierra
á
quien
pete dar leyes, y discernir de
los libros Santos nos represen-
todas las cosas qne jnzgtíe ne–
tan ya como columna
~e
la
cesarías para el bien .de la lg1e-–
verdad, ya como un ejéreito
sia. Darsela
á
otro cperpo in–
bien ordenado, ya como un tri-
dependiente de este centro,
á
bm~al
donrle se administra jus-
un redil qúe no esté unido
á
su
ticia, ya como un reino que no Pastor, es una monstruosidad
tendrá fin; es
á
la que llamamos
de un .cuerpo con dos eabezas,
testigo, depositario y regla rle
de un rebaño con ctos Pastores,
]a fé
y
de las costumbres. Esta
y
esto destruye la nnidad. El
c1ebe ser un·a, por la voluntad
autor supont> antoriclad en nna
de su institutor que la edificó
sociedad que no siendo manda–
sobré el
mi~m.o
fundamento
y
da convocar por el Papa, r.o
sobre la
mi~ma
piedra: Es un
ra tiene; por consiguiente uo
solo redp, deqhien no hay mas
se ha unido .y congre.gado legí–
qne un Pastor, segun S.
J
uari.
timamente por el Esph·itu
S~u-