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LA INQUISIOION DE LIMA
por su parte Amusquíbar a las íntimas relaciones que su
colega Rodríguez cultivaba con Calderon, que aun perma–
necía retraído en su chacra, i por servir cuyos intereses
en la dote de cierta monja, había no solo tomado su
partido, sino avanzándose hasta enviar a la puerta del
colejio en que vivía una compañía de soldados armados
7 •
Lo cierto era que ambos inquisidores, no contentos con no
verse, despachaban cada uno en sus respectivas viviendas,
que, como hemos advertido, a causa del temblor de 17
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7,
no estaban ya en el mismo edificio, sino en casas separa–
das i hasta distantes.
No podía tampoco Amusquíbar perdonar a Rodríguez
que con ocasion de la real cédula de
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de julio de 17
51,
que negaba a los ministros del Santo Oficio el fuero acti–
vo en lo civil i criminal, incurriese uen la vergonzosa de–
sercion" de no haber resistido su cumplimiento, poniéndo–
se de parte del ·virei, que lo exijia, no habiendo sido de su
mismo parecer en adoptar la escusa que para ello se daba
de no haber sido pasada esa real disposicion por el Conse–
jo de la
J
eneral Inquisicion, siendo que a todas luces esa
órden importaba el golpe mas tremendo que jamas se
hubiese asestado a los privilejios i autoridad del Tri–
buna18.
Así, poco mas tarde, para descargo de su conciencia,
segun sus testuales palabras, peclia terminantemente que
p0r la notoria i total insuficiencia de su colega, que le
constituía inútil para ministro del Santo Oficio, se nom–
brase otro sujeto idóneo i se colocase a aquél en una mi–
tra, que, segun se decía, anhelaba ansiosamente, buscando
para el efecto infor1nes favorables del ·virei ucon que de–
bilitar
y
desvanecer los que estaban anticipados contra su
persona en el Consejo y Cámara de .las Indias, por el Ca–
bildo eclesiástico, Presidente, Real Audiencia
y
Fiscal de
los Charcas; y aun en el caso de no poderse proporcionar,
añadía, la insinuada promocion, es urjentísima la necesi-
7.
Carta de Amusquíbar
de 26 de abril de 1753.
8. Los autos que se siguieron con motivo de esta competencia son
bastante voluminosos, )?ero nos ha parecido bastante dejar aquí cons–
tancia del hecho, para tratarlo con alguna mas estension en el capítulo
final de esta obra.