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LA INQUISICION DE LIMA
Rodriguez varias propuestas de arbitrios, como ser la re–
duccion del salario de los jueces i de algunos ministros
i
la supresion de algunos destinos que se consideraban su–
perfluos. Pero ésto, junto con no implantarse, habia ori–
jinado cargos graves contra Amusquíbar, ya por las cuan–
tiosas sumas que invirtiera en el arreglo de su habitacion
provisional, ya por nuevos e innecesarios nombramientos,
ya, por fin, por propinas otorgadas a sus allegados i favo–
recidos.12
Sin embargo, ya que no se adoptó ninguno de los me–
dios anterior1nente propuestos, el Consejo obtuvo del Rci
autorizacion para negociar en Lima dos títulos de Casti–
lla, cuyo producto debia aplicarse .a la reedificacion de las
casas del Tribunal, enviándoselos· para el efecto al Virei,
con varios mas destinados a invertirse en reparo de otras
necesidades. Comenzó aquel alto funcionario, con estrema–
da deferencia, por ofrecer en venta los dos dedicados al
Santo Oficio, i con tan buen resultado, que al cabo de mui
pocos meses los compradores enteraban en cajas del Tribu–
nal la respetable suma de veinte mil pesos por cada uno.
13
Apesar de que Amusquíbar permanecía en el Tribunal
sin compañero alguno, tan poca atencion seguía prestando
a las cosas de su oficio que en cinco n1eses solo había asis–
tido tres veces al despacho, i con pretesto de enfermedad,
hasta se habia ausentado de Lima, nombrando para que
le reemplazase al fiscal Bartolomé Lopez Grillo, hecho
que causó estraordinaria novedad, pues hasta entónces no
se había conocido ejemplar semejante.
nLa enfermedad que se ha dicho, cuenta La Torre a este
respecto, es hidropesia de humor. Yo verdaderamente ig–
noro qué sea, por estar reservado entre los su parcialidad,
que, con particular estudio, desde su retiro han variado,
unas veces constituyéndole grave para la justa resolucion
12. Uno de los cargos que se formulaban contra Amusquibar era el
de haber asalariado profesores de música para que ]a enseñasen a las
n.iñas espósitas, i cuya vijilancia, como se recordará, estaba confiada al
jnquisidor mas antiguo.
13.
Carta de Amusquíbar de
6
de abril de
1758. Uno de los compra–
dores fué ,Tosé Villar
i
Andrade, que se tituló Conde de Villar de
Fuentes.