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LA INQUISICION DE LIMA
jos en Francia, que se fueron huyendo de la Inquisicion;
judaizó treinta
y
cinco años, y los n1as en esta ciudad de
los Reyes, donde era mercader, herege apóstata, encubri–
dor de hereges y judaizantes; protervo y observante de la
ley de Moises
y
de sus ceremonias. Confesó sus delitos,
y
arrepentido de haberlos confesado, irritándose de cudicia y
vanidad, desesperó, echándose un lazo en su cárcel, como
judío impenitente
y
contumaz,
y
murió como blasfemo
desdichado; fué quemada su estatua
y
sus huesos.
uDoña Ines de ·velasco, natural de la ciudad de Sevilla,
de treinta y cinco años, casada con Hernando Cuadrado,
ropero, residente en Lima, a quien comunn1ente llamaban
la voladora; por haber tenido, creido
y
escrito muchas re–
velaciones, éxtasis, raptos, coloquios con Cristo nuestro
Señor,
y
con la Vírgen Santísima, con los ángeles
y
san–
tos del cielo, teniendo estas cosas por verdaderas, siendo
falsas ilusiones del demonio;
y
en sus escritos haberse
hallado que le había dicho Jesucristo, que todas las veces
que bajaba al sacramento, se vendría a estar depositado
en ella;
y
que de tanto provecho eran sus lágrimas como
la sangre de Cristo; y que recibía tanto gusto de tener
~u
rostro pegado al suyo, co1no si estuviera gozando de la glo- .
ria de su eterno Padre. I que 'con un jubileo que ganó, sacó ·
cinco mil almas de purgatorio; y un dia de todos Santos,
habia ido con nuestra Señora, y habian sacado todas las
almas, escepto tres, y que el dia siguiente volvió a sacar–
las. Halláronse en sus escritos y confesion setenta y ocho
proposiciones herétieas, falsas, erróneas, temerarias y sos–
pechosas. Quen1árohse sus escritos en presencia de todos,
leida su sentencia, en un brazero de plata. Salió vestida
de negro con atavío honesto, porque confesó su engaño
con humildad
y
arrepentimiento.
uJuan Ortega, natural de la ciudad de Burdeos en Fran–
cia, de veinte i dos años de edad, hijo de padres portugue- ,
ses, de casta y generacion de judíos, por judaizante, qui–
tósele el sambenito en el cadalso por buen confitente.
"Diego Gomez de Salazar, que tambien se ha llamado
Diego de la Oliva, natural de la ciudad de Sevilla, de vein–
te y cinco años, mercader, de pad.res portugueses, cristia–
nos nuevos, por observante de la ley de Moyses.