CAPÍTULO XVII
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11Subió su ,Excelencia por las casas de Cabildo con el
demas acon1pañamiento al cadalso, donde se sentaron por
el órden arriba referido,
y
solo su Excele·ncia tuvo cojin
a los
piés, detela amarilla,
y'
a los extremos dél las mazas
de los
Rey.esde Armas, sin diferencia .en los asientos de
los señores Ynquisiclores. En el plano del cadalso
y
tablado
principal se sentaron las religiones
y
caballeros, divididos
con un pequeño pasadizo en que estaban solo los cuatro
gobernadores arriba referidos:
y
en el pasadjzo grande que
corria del tablado principal hasta el de los penitencjados,
por el órden que llevaban de los señores Ynquisidores fami–
liares, que para esto estaban parados junto al púlpito. Y
apartado dos varas dél al principio del pasadizo, estaba
una peaña con dos gradas, en que subia!l al delincuente,
miéntras se leia su causa
y
oia su sentencia, teniendo a
sus lados los que ántes le traían; llenaban ciudadanos el
plano del tablado,
y
fué tan nu1nerosa la multitud que en
el cadalso asistió
y
tan lucida su variedad, que ni ha te–
nido otro ejemplar en este reyno, ni se puede estender a
m~s
la curiosidad.
11
Subióse al púlpito a comenzar el auto el secretario Mar–
tín Diez de Contreras,
y
llevando un cura una cruz
y
un
misal a su Excelencia, poniendo la mano sobre él,
y
la
· Audiencia Real y Cabildos, a quien llevaron los otros cu–
ras misales
y
cruces, las besaron de rodillas,
y
jurado por
los santos cuatro Evangelios del misal, prometieron hacer
lo que el secretario en voz alta iba refiriendo, que conte–
nía defender la fe, obedecer, ejecutar
y
hacer cumplir los
mandatos del Santo Oficio,
y
defender sus 1\tlinistros; or–
denando esta protestacion con palabras ele todo respeto
debidas a su Excelencia
y
a la Audiencia Real. Y hecha
esta cristiana
y
egemplar ceren1onia, que tanto amplificó
el respeto al Tribunal de la Ynquisicion,
y
tan debida es
a
nuestra sacra santa fe, se volvió el secretario al pueblo,
y
avisando levantasen todos, eclesiásticos
y
seculares, las
manos
hech~
la cruz, juraron lo mismo con palabras que
contenían obediencia, promesa
y
sugecion a la fe
y
al Sane–
ro Oficio, con palabras de ménos autoridad
y
de mas sumi–
sion. Acabóse el juramento con decir, que si así lo hiciesen,
,Dios los ayudase,
y
sino se lo demandase, y que respon-