CAPÍTULO
XVif
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del secreto,
y
copia de familiares a pié
y
con varas altas,
rigiendo la procesion. _Con este orden salieron por la puer–
ta principal de la Ynquisicion
y
encaminándose por la
esquina de la Concepcion, bajaron a la plaza mayor,
y
su–
biendo al cadalso, por escalera particular, se sentaron en
las gradas por el órden que llevaba el Alcaide de las cár–
celes; y en la grada mas alta pusieron las dos estatuas, y
junto a cada cual sus huesos, y los dos relajados a quien
acon1pañaban tambien religiosos, que intentaban su con–
version. Quedóse la compañía ele infantería, incorporándo–
se en el escuadron, en conformidad del órclen de su Exce–
lencia.
nSentados los delincuentes entre familiares, salió su
Excelencia de Palacio, y llevando delante en la vanguar–
dia, la compañía de los gentiles hombres arcabuces, su capi–
tan don Lorenzo de Zárate, caballero del hábito de Alcán–
tara, y delante el clarin de su Excelencia; seguían a esta
compañía los ciudadanos
y.
caballeros en mucho número,
grave y costosamente aderezados, a quien sucedió el Con–
sulado en forma de tribunal, y tras él la real Universi–
dad, llevando delante y encorporados al colegio real ele
San Márcos, y el colegio de San Martín. Los dos bedeles
a caballo y con las mazas atravesadas sobre el brazo, y
ministros de la Universiclad, siguiéndose los dotores y
mae~tl~os
con sus borlas y capirotes, segun el grado de su
facultad, y atras el rector, dotor don Diego Megía de
Zúñiga, catedrático de Vísperas en la Universidad. Ante–
cedían a éstos los cabildos eclesiástico y secular, que lle–
vaban las mazas echadas sobre el brazo, debida sumision
a la presencia del Virrey. Y entre los dos maceros iba el
pertiguero con ropa negra
y
pértigo. Luego los dos secre–
tarios eclesiásticos, y de dos .en dos los prebendados y ca–
pitulares, llevando la mano derecha el Cabildo eclesiásti–
co; tras de los Cabildos los dos Reyes ele armas, y tras
éstos el capitan de la guarda de su Excelencia don Fran–
cisco Zapata Maldonado, y el alguacil mayor de c0rte don
Agustín ele Córdova, a la mano izquierda, y a los los lados,
la guardia de a pié ordinaria del Virrey; seguíanse los se–
ñores fiscales de ci.vil
y
criminal, y cuatro señores alcal–
des de corte,
y
de dos en dos, los ocho señores oidores
y