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LA INQUISIOION DE LIMA

·

que al dia siguiente cuando se trató de continuar el em–

bargo, el receptor habia ocultado una cantidad ele plata

entalegada i muchísima ropa de la tierra i de Castilla que

tenia almacenada, encontrándose los alguaciles con solo un

platillo i las vinajeras del servicio de un oratorio.

No contento con este paso, Ilarduy sabiendo que el

nuevo Inquisidor venia de camino, se escapó de Lima, sa–

liénd.ole al encuentro en el pueblo de Guaura, para ponde–

rarle los agravios que se le hacian, mui ajenos, segun

declaraba, a su fidelidad, cuidado .i limpieza en la adminis–

tracion de los fondos que corrían a su cargo; añadiendo

que se le estaba ya llamando por edictos i pregones

i

que

sin duda se le pondría en prision: todo deducido, a su iui- .

cio, de la enemistad que le profesaba Sanchez por

t~parti­

culares pasiones." Aseguróle allí el recien llegado que,

si como afirmaba, no habia fraude ni colusion de por me–

dio, se regresase tranquilamente a Lima, que él le garan–

tizaba que no solo no se le molestaría, sino que continua–

ría en el oficio, siempre que

~us

cuentas apareciesen en

debida forma. Vino en ello Ilarduy, i aunque tardó en

llegar a Lin1a bastantes dias

i

que en seguida pidió térmi–

no para la renclicion de cuentas, al fin

reinteg1~Ó

cincuenta

i

tantos niil pesos de alcances, tomándole Oalderon, acle–

mas de otras , partidas de consideracion, una escritura de

mas die setenta mil que a .su favor le otorgara

un

Miguel

Gomez de · los Rios, pariente inmediato de aquél, ascen–

diendo de esta manera el embargo ama& de ciento sesen–

ta mil .pesos.

5

·Unda habia traiclo en su compañia a Ignacio de Irazá–

bal, en calidad de secretario del Secreto, que Ilarduy se

llevó a vivir a su casa, captándoselo de tal manera, que

hallándose de contador del Tribunal, aprobó sin reparos

5. Conviene advertir que Gomez deb

iendo au

sentarse para España,

dejaba peudiénte en la Sierra mas de novep.ta mil pesos en

cr~ditos,

sobre los cuales le prestó _Ilarduy los sesenta mil que despues le embar–

gó el Inquisidor, qne era pariente de aquél. Calderon afirma que el re–

ceptor entró en el negocio, proponiéndoselo a él por medio de su com–

padre el alcaide de las cárceles Francisco Romo, a fin. de ver modo de

conseguir por este medio que cesase el juicio de cuentas que tenia pen–

diente.