CAPITULO
XXV
El Consejo reprende a los Inquisidores.-Vicios cometidos en la causa
de Ana de Oastro.-Id. del padre Ulloa.-Id. de Pedro Nuñez.–
Dilapidacion de caudales.-Vida eséandalosa de Sanchez Ca]deron
i
Unda.-Nómbrase visitador al doctor Arenaza.-Es recibido en
Li–
ma
i
destierra a sus colegas.-Sus procedimientos en el TribunaL–
Su amistad con el Virei
i
los jesuitas.-Mándase suspender la visita.
De tales vicios habian estado plagadas. las causas de
fé
tramitadas por el Tribunal en los últimos años que, con
referencia a las relaciones enviadas por los Inquisidores
en carta de
13
de abril de
1737,
el Consejo proveyó un
auto acordado en que, despues de sentar que iban "dimi–
nutas
y
cautelosas," resultando de ellas la ignora!lcia e
inordinacion con que se procedia aun en las materias mas
claras, añadia estas testuales palabras: 11que quedaba el
. .Consejo con el mayor desconsuelo
y
escándalo, por ver
como se trataban los negecios de la relijion, en ofensa su.::
, ya y de la justicia, y del honor del Santo Oficio"; conclu–
yendo por manifestar que si en adelante no se condujesen
los ministros con la correspondiente integridad i obsel'–
vancia de las leyes, se les quitarían sus empleos: amenaza
· que iba dirijida especialmente a Sanchez Calderon, pues
Ibañez, que en sus últimos años habia caido en una espe–
cie de insensatez, era ya muerto, Unda no pasaba ele ser
un mero instrumento suyo, i el fiscal Mateo de ·Amusquí–
bar podia deeirse que acababa de llegar.
Acaso la resolucion del Consejo hubiera sido por entón–
ces diversa, si hubiese estado en posesion de todos los
antecedentes ocurridos en el curso de los procesos, en cu–
ya
relacion se había tenido cuidado especial de omitir cir-